Esa forma de percepción instantánea no viene, sin embargo, en forma natural; ni siquiera gracias al entrenamiento científico habitual. Requiere ser especialmente cultivada por un deliberado y continuado esfuerzo durante un período largo. La recompensa es muy grande, y el esfuerzo debe ser proporcional a ella.

Es deseable, para comenzar, tener unas pocas categorías o interrogantes en los que vaciar nuestras observaciones, Elijamos los siguientes: origen, historia, relaciones, uso y futuro. Deliberadamente apliquen esas categorías a cualquier objeto a mano y formúlense a ustedes mismos las respuestas que puedan dar. Habiéndolo hecho, traten de darse cuenta de ellas como una totalidad. Miren el objeto nuevamente y traten de aprehenderlo en la mente y de estar simultáneamente atentos a todo lo que saben de él. Este es un esfuerzo de imaginación real, ni razonamiento ni fantasía.

Primeramente descubrirán, para su sorpresa, cuánto saben y cuánto no saben, pero principalmente percibirán la diferencia entre observar, pensar, recordar, razonar, imaginar y fantasear. En general, estos procesos son sólo nombres para nosotros; sólo los distinguimos teóricamente en nuestros pensamientos. Ellos significan tan poco para nosotros como los signos algebraicos. Pero luego de unos pocos ejercicios de observación como los descritos, estas funciones mentales llegan a ser conocidas en forma específica y precisa.

No hay necesidad de buscar objetos extraños. De hecho, mientras más familiares sean, mejor. Usamos una multitud de cosas en nuestra vida diaria doméstica. Desde el despertar hasta el dormirnos, abusamos de los recursos del planeta que proveen nuestras necesidades, utilidades y placeres. Cada uno de estos objetos tiene una historia natural – en última instancia, se compone de substancias naturales – una historia sociológica – habiendo llegado a ser lo que es luego de siglos de desarrollo humano – y una historia particular – su fabricación y disponibilidad para nuestro uso. Traten de reunir todo lo que saben de estas historias de cada objeto en un relámpago de comprensión integral. La experiencia resultante, al tener éxito, los recompensará ampliamente.

A. R. Orage

Traducido y extractado por Silvia Rodríguez de
“Psychological Exercises & Essays”
Samuel Weiser Inc.