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Metaforación 6a.- Betelgeuse, una estrella 800 veces mayor que nuestro Sol, y a 650 años luz de distancia en la constelación de Orión. Este mapa se basa en las intensidades de la luz de potasio de esta estrella. Como un eco visual, emanan de la superficie de Betelgeuse formas de nubes de gas en fases, semejantes a pétalos. Las masas de nubes irradiantes evocan la imagen poética de T. S. Eliot sobre el fuego y la rosa, el universo que arde interminablemente, encendiendo la vida eterna, la materia continuamente renovada y transformada por la energía (de M. Marten y J. Chesterman, The Radiant Universe, 1980).

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Metaforación 6b.- Un mandala, pauta sagrada del universo, constituye el fundamento conceptual del templo budista de Borobudur, Java, del siglo IX d. de C. El mandala subraya el proceso de crecimiento espiritual, la evolución de la mente que se hace eco de la evolución del universo. Al trasponer los grandes muros del templo, los devotos atraviesan las galerías rectangulares y pasan a las terrazas circulares. Dejándolas atrás, se acercan al paraíso mental. Este movimiento actúa como un retorno al mundo primordial, que algunos místicos llaman consciencia cósmica (de P. Nuttgens, comps., The Worlds Great Architecture, 1980).

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Metaforación 6c.-< Antigua herramienta de meditación, el yantra simboliza la tensión e integración de los opuestos por medio de sus nueve triángulos entretejidos que apuntan hacia arriba y abajo simultáneamente. Los triángulos representan al macho (Shiva) y la hembra (Shakti) en el proceso de unirse; el yantra invoca la unión del mundo personal, cargado de yo, consciente del tiempo en el que vivimos cotidianamente, y el mundo impersonal, atemporal y sin yo, que experimentamos en nuestros pensamientos más liberados y en la muerte. En el budismo zen, el círculo simboliza la iluminación; encarna la totalidad y la perfección humana (de C. G. Jung, Man and His Symbols, 1964).

El notable artista contemporáneo Arakawa y la escritora Madeleine H. Gins identifican esta acción conjuntiva como el mecanismo del significado. Ellos dicen: Se puede pensar el significado como el deseo de pensar en algo cualquier cosa – de un extremo al otro; como la voluntad de buscar un sentido a la siempre presente niebla de lo no-totalmente-conocido; como el reconocimiento del sin sentido. En este sentido, se lo podría asociar con cualquier facultad humana. Arakawa considera que este proceso de establecer relaciones es la parte esencial de nuestra capacidad creativa. Envuelve la transformación de palabras, imágenes e ideas de un estado de la materia, o del ser, a otro; el paso de un marco de significado a otro. En otra interpretación, Jacob Bronowski escribe: El científico o el artista toman dos hechos o experiencias que nosotros separamos, y crean una unidad mostrando la semejanza Toda ciencia es la búsqueda de la unidad en semejanzas ocultas. En el curso de esa búsqueda, tanto el artista como el científico producen descubrimientos cuya gama expresiva pone a prueba la autoridad del pensamiento racional.