El pensamiento metafórico puede sin duda rastrearse hasta antes de Hesíodo, en el s. VIII a. de C. Tres maestros especiales de este medio de comunicación (entre los millares que hubo a lo largo de los siglos) fueron el escritor griego Esopo (s. VI a. de C.), el poeta romano Fedro (siglo I dC.) y Leonardo da Vinci; ellos usaron, por ejemplo, las sugestivas imágenes de las fábulas, para transmitir intuiciones sobre el mundo de la naturaleza humana. En épocas más recientes, escritores, artistas, poetas, educadores y científicos han explorado sistemáticamente el versátil arte de la comparación y la asociación como medio para cultivar nuestro impulso a relacionar y descubrir.
Los físicos emprenden la elaboración de metaforaciones cuando crean palabras o imágenes para describir nuevas relaciones. Si no existe ninguna palabra o expresión que traduzca un concepto o hipótesis, los físicos simplemente inventan una. Niels Bohr y sus colegas Hendrik A. Kramers y John Slater hicieron exactamente eso al introducir la palabra ondícula en las descripciones de la conducta de las partículas como ondas, y de las ondas como partículas, a las que se referían como ondas de probabilidad. Acuñaron esas palabras en 1924, al desarrollar un esquema matemático destinado a ayudar a los físicos de las partículas a predecir la probabilidad de que algún acontecimiento del mundo subatómico se produjera o no.
La invención de estas palabras, que ayudan a transmitir la idea de probabilidad, indicó un cambio de perspectiva. Había un nuevo modo de ver la relación paradójica entre las propiedades de los fotones (elementos básicos de la luz), como partículas y como ondas. La naturaleza nos había sorprendido; los fotones poseen ambos tipos de propiedades. Este punto es fundamental en los intereses de la neurocosmología: no los detalles de la teoría, sino el apartamiento respecto de la noción de predictibilidad, inconmovible en la física clásica. Y más fundamental resulta la comprensión de que algo tan básico como un fotón puede tener un aspecto o dimensión complementarios. De inmediato, las resonancias metafísicas y metafóricas de la complementariedad tuvieron un significado concreto, alguna base material.