Ser autónomo significa gobernarse a sí mismo, determinar el propio destino, aceptar responsabilidad por las acciones y los sentimientos propios, deshacerse de patrones inaplicables e inapropiados para vivir en el aquí y el ahora.

Cada uno tiene la capacidad de obtener autonomía hasta cierto punto. Pero, a pesar que la autonomía es un derecho humano desde el nacimiento, pocos la consiguen realmente. Eric Berne decía: El hombre nace libre, pero una de las primeras cosas que aprende es a hacer lo que se le dice y pasa el resto de su vida haciéndolo. Así, pues, su primera esclavización es a manos de sus padres. Él sigue sus instrucciones por siempre jamás, reteniendo el derecho, sólo en algunos casos, de escoger sus propios métodos, y consolándose a sí mismo con una ilusión de autonomía.

Una persona bajo la ilusión de autonomía piensa que ha cambiado de guión, pero, en realidad, ha cambiado solamente la escena, los personajes, el vestuario, etc., no lo esencial del drama. Por ejemplo, una persona programada por los padres para ser evangelista puede caer en las drogas, y entonces, con religioso celo, tratará de predicar a otros para que le sigan. El escoger su propio ambiente para predicar puede darle la ilusión de que es verdaderamente libre cuando, en realidad, él solamente ha disfrazado su esclavitud a las normas de sus padres.

Una persona verdaderamente autónoma, según Berne, es la que demuestra la liberación o recuperación de tres capacidades: el conocimiento, la espontaneidad y la intimidad.

Conocimiento:

Conocimiento es saber qué está ocurriendo ahora. Una persona autónoma es consciente. Se desprende de las capas de contaminación de su ambiente y empieza a oír, ver, oler, tocar, gustar, estudiar y evaluar por sí misma. Se deshace de viejas opiniones que falsean su percepción actual, y percibe el mundo a través de su encuentro personal propio en vez de hacerlo en la forma en la que fue enseñada a hacerlo.

Sabiendo que es un ser temporal, la persona consciente aprecia la naturaleza ahora. Se percibe a sí misma como parte del universo que conoce y como parte del misterio de esos universos todavía por descubrir. Puede detenerse junto a un lago, contemplar una flor, sentir el viento en su rostro y experimentar una sensación de temor reverencial. Puede mirar a una puesta de sol y exclamar, Qué belleza !.