Una persona consciente escucha los mensajes de su propio cuerpo, sabiendo cuándo está preocupándose, relajándose, abriéndose, cerrándose a sí misma. Conoce su mundo interior de sentimientos y fantasías y no se avergüenza de ellos ni los teme.
Una persona consciente escucha también a los demás. Cuando los otros hablan, ella escucha y proporciona retroalimentación activa. No utiliza su energía psíquica para formular una crítica, desviar la conversación o planear mentalmente un contraataque. En vez de eso, intenta establecer un contacto genuino con la otra persona, aprendiendo el arte de hablar y de escuchar.
Una persona consciente está por completo presente. Su mente y su cuerpo responden al unísono al aquí y al ahora, Su cuerpo no está haciendo una cosa mientras su mente se concentra en algo diferente.
No usa palabras de enfado con una sonrisa en el rostro.
No frunce el ceño y regaña cuando la situación pide risas.
No termina apresuradamente una gira campestre para volver a algo que es
verdaderamente importante
No escribe mentalmente una carta de negocios mientras está haciendo el amor.
No repasa lo ocurrido en la noche anterior cuando está escribiendo esa importante carta en la oficina.
No se pone gafas color de rosa para evitar ver las cosas malas de la vida,
No toca el violín mientras arde Roma.
Una persona consciente sabe dónde está, qué está haciendo y qué es lo que siente respecto a ello. Como observó Abraham Lincoln: Si pudiéramos saber primero dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos, podríamos juzgar mejor qué hacer y cómo hacerlo.
El primer paso hacia la integración es el conocimiento de sí mismo. Cuando un individuo se hace consciente de que actúa como un tirano, o que está enfurruñado sin causa, puede decidir lo que desea hacer con su comportamiento. Puede conservarlo a sabiendas, o tirarlo al tacho de la basura.
Espontaneidad:
La espontaneidad es la libertad de escoger modelos conductuales. El individuo autónomo es espontáneo, flexible, y no tontamente impulsivo. Ve las muchas posibilidades que se abren ante él y usa el comportamiento que juzga apropiado a su situación y a sus fines.