jung1Su Vida.

Carl Gustav Jung nació el 26 de julio de l875, al borde del lago Constance, en la comuna rural de Kesswill, que pertenece al cantón suizo de Thurgovie. Su padre era un pastor protestante de la Iglesia reformada. Su madre provenía también de una familia en la que los varones eran tradicionalmente pastores protestantes.

Su primer sueño, aconteció cuando tenía dos a tres años. Se veía caminando por el parque que rodeaba la casa parroquial, cuando de pronto, se encontró frente a un oscuro agujero, al mirar al interior descubrió una escalera de piedra por la cual descendió. Abajo había una puerta con un cortinaje verde de gran riqueza, el cual descorrió, encontrándose frente a un espacio rectangular con el techo abovedado y el suelo de piedra. Una alfombra roja iba desde la entrada hasta un estrado bajo. Encima de éste, había un trono dorado y
sobre él una imagen de 4 o 5 m. de altura y 50 a 60 cm. de diámetro, hecho de carne y piel. En su vértice superior, existía una cabeza redondeada, con un sólo ojo, mirando hacia arriba. La imagen se mantenía inmóvil. Tuvo la sensación de que súbitamente se le abalanzaría como una serpiente. Estaba comenzando a aterrarse, cuando escuchó la voz de su madre que desde arriba le gritaba: Sí, mírale, es el antropófago! Al haber sido mal comprendida una plegaria infantil, en una oportunidad, había supuesto que Jesús era antropófago. No sabía en ese momento si era Jesús solamente o el falo, o que ambos lo eran. El agujero en el prado representaba una tumba y el cortinaje verde, la tierra cubierta de vegetación. El falo aparecía en el sueño como un Dios subterráneo e innombrable. Este sueño representó para Jung, el inicio de su arranque inconsciente a su vida espiritual.

Según la antigua creencia romana, el falo es el Genius o Daimon secreto de un hombre, fuente de energía creadora física y espiritual, al cual le ofrecían sacrificios en el día de su cumpleaños. El falo no sólo encarna el principio de Eros; en la antigüedad se le llamaba Telesforos, compañero de Asklepios (Esculapio). Telesforos es el dios de la transformación. Los romanos, griegos y etruscos lo elevaban sobre la tumba de los varones, como símbolo de supervivencia espiritual y garantía de resurrección. En la antigüedad, se amplió la imagen del dios fálico Hermes, para convertirla en la de un hombre-dios-cósmico que “llenaba la naturaleza”, en un Anthropos, que es un símbolo de la materia espiritualmente viva y físicamente muerta. Esta imagen divina subterránea, marcó para siempre las concepciones religiosas de Jung.