La vida exterior del muchacho no estaba marcada por ningún evento exterior espectacular. Su vida interior agitada , con sus imágenes y sus símbolos, tales como podían expresarse en los sueños y la imaginación de un muchacho de esa edad, contaba infinitamente más para él. Así comenzó una doble vida. Exteriormente, la de un hijo de un pastor protestante que cumplía entre bien y mal sus obligaciones escolares. La opinión de uno de sus profesores fue :Es mediocre, pero se esfuerza Interiormente existía en él un mundo extremadamente vivo, rico en imágenes misteriosas, que lo iban conduciendo bien pronto a una expansión de su consciencia. Sentía con frecuencia que él tenía dos personalidades, a las que llamó personalidad 1 y personalidad 2. La personalidad 2 conocía a Dios y cuando entraba en ella, se sentía transformado.
Durante toda su vida, tuvo fantasías y sueños que lo marcaron. Una de esas fantasías le surgió cuando tenía 12 años. En un día de verano pleno de sol, miró hacia lo alto y vio brillar la policromía vidriada de las tejas de la catedral. Su placer estético fue tan intenso, que sintió que el mundo era hermosísimo y que todo había sido creado por Dios que estaba en lo alto sentado en un trono de oro… Este pensamiento fue seguido por una conmoción y agobio que lo paralizó, sintió que algo terrible iba a ocurrir, no quería pensar, pero se sentía impelido a hacerlo. Durante tres noches de insomnio con sus días, pensó y se hizo muchas preguntas y respuestas, pero éstas no le satisfacían. No comprendía como era inducido a pecar en contra del Espíritu Santo. Pensó que él había sido creado por Dios a través de sus padres, pero que éstos no podían ser culpables, al igual que los padres de ellos, así, remontándose en el tiempo, llegó a Adán y Eva. Ellos sí que habían sido creados directamente por Dios, y habían pecado, entonces tenía que haber sido intención de El que ello ocurriera. Pero Dios quería o no que él pecara? Quizás, supuso, es una prueba a mi valor y quiere saber si le obedezco, aunque después me vaya al infierno. Así, habiéndose llenado de coraje, dejó que el pensamiento bloqueado aflorara a su mente. Sí, todo era hermoso, la catedral con sus tejas vidriadas y policromas y Dios sentado en lo alto en su trono de oro, de cuyo fondo vio caer un montón de excrementos sobre el tejado de la catedral, al cual hundió al igual que a los muros.
Carl Jung tiene razon. A todas las personas que nos pasa algo similar y se pone a investigar llega mucho más alla de lo inesperado. A mi me llevo 2 años investigando y tengo mis propias conclusiones o teorias.