Jung aborda los sueños en forma constructiva: intenta averiguar en ellos las tendencias sanadoras finalistas, que existen en el inconsciente, más que la derivación causal de los trastornos. Los sueños reflejan esas tendencias sanadoras. En investigaciones recientes con electroencéfalogramas, se ha comprobado que si se impide a una persona soñar, enferma.

Jung dedujo que los sueños son un trozo de naturaleza psíquica, no adulterada. La comprensión de un sueño por uno mismo, depende de la polaridad de la consciencia yoica con la del inconsciente, porque refleja aquel sector del espíritu que no se ha convertido aún en propio, sino que se encuentra en un estado primitivo, arcaico.

El objetivo de la interpretación de los sueños es conectar de nuevo a la consciencia con su fundamento primordial e impedir que devenga demasiado autónoma y por ello despojada de instintividad: en ello estriba el sentido de la comprensión de los sueños. Cuando se logra la comprensión, la actividad onírica de lo inconsciente ejerce un efecto vivificante sobre la consciencia, resulta creativamente inspirador y favorece a la inteligencia y a la salud psíquica.

El Inconsciente Personal.

Carl Gustav Jung es el psiquiatra “naturalista científico empírico”, como le gustaba definirse, que más ha aportado a las manifestaciones espirituales, al concebir al inconsciente, esa esencia co-dialogante presente en todas sus obras, a la que enfatiza en forma muy especial, al hacer revivir el significado arcaico de las palabras, hacerlo confluir con el elemento imaginario, el argumento científico y el sentimiento.

Freud sólo se refería al inconsciente en su lado externo, olvidando la parte interna, superior e inferior porque temía que la luz numinosa de su teoría sexual pudiera extinguirse “por la magna avalancha del ocultismo”.

Jung, siempre consideró que la enfermedad anímica de personas y pueblos, se debe a una errónea actitud con respecto a lo inconsciente. Para él, representa el suelo nutricio creador y con vida propia de la vida psíquica normal. Es una experiencia interior, que no ha sido desconocida para la humanidad. Sentimos que, a partir de nuestro mundo interior, afluye algo extraño y desconocido, que nuestra intimidad produce efectos que nos pueden cambiar, que tenemos sueños y ocurrencias que surgen en nosotros, enigmática y poderosamente.