Si se interviene auténticamente en el acontecer fantástico en el sentido de una confrontación que es tanto comprensiva como moral, la corriente de imágenes interiores comienza a servir para la construcción de la totalidad personal, para la individuación y para hacerse capaz de resistir los embates exteriores e interiores.
Cuando nos aproximamos al inconsciente, nos encontramos con un estrato de contenidos personales reprimidos: la sombra. Sólo resolviendo la sombra podremos alcanzar el fondo arcaico. Pero esto es sólo la vía, no la meta. Según Jung, y por adhesión a su herencia espiritual cristiana, no debe evitarse el conflicto ni el sufrimiento. Con frecuencia citaba la frase de Tomas de Kempis: “el dolor es el caballo más rápido que nos lleva a la perfección.”
Existen otros accesos al inconsciente, como las drogas alucinógenas. Con ellas el paciente no asume la responsabilidad, acelera más un análisis, pero muy rara vez será posible integrar los contenidos interiores vistos.
El inconsciente colectivo y los arquetipos.
Existe un mito en todas las cosmologías, que se refiere a un hombre primordial que representa la substancia fundamental del mundo y que contiene todas las almas humanas.
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En el mundo occidental, los gnósticos de los primeros siglos, lo llamaron Anthropos, que está representado por el falo hundido en la materia y que siente nostalgia de su retorno a la luz. Su resurrección tiene lugar cuando el individuo se esfuerza en desarrollar su “hombre interior”. Es el núcleo más íntimo del alma del individuo y al mismo tiempo una especie de alma colectiva de la humanidad entera, a la que Jung llamó “inconsciente colectivo”.
El supo desde su niñez, a través de los sueños, que esta imagen mítica no era producto de recuerdos. Como investigador los catalogó como auténticos focos vitales de la psique humana. Describió dos estratos bien diferenciados en el dominio de los contenidos del inconsciente: un estrato personal, vivenciado, reprimido u olvidado (ya definido anteriormente) y el estrato del inconsciente colectivo que está representado por una estructura psíquica, humana, general y congénita.