Esta escisión nos es consciente y hace brotar tendencias sanadoras a partir del mismo fondo psíquico, que se expresa como símbolo del Sí mismo, en forma de mandala, por ejemplo, y que supone una síntesis de los contrarios. Jung comprende el mito del dios que se hace hombre “como un creador enfrentamiento del hombre con los contrarios y su síntesis en el Sí mismo, en la totalidad de la personalidad”.

En la experiencia relativa al Sí mismo, se supera la contraposición en cuanto a imagen de Dios. Este es el sentido del Servicio divino en el que surge luz de la oscuridad. El servicio que el hombre puede prestar a Dios es que el Creador sea consciente de su creación y el hombre de sí mismo. En su libro “Simbología del espíritu” Jung puso el siguiente lema: “Y a nosotros, nos lo reveló Dios, mediante su Espíritu, pues el Espíritu lo escudriña todo, aun las profundidades divinas.”

La imagen de un oscurecimiento de la consciencia, desde el punto de vista psicológico, Jung lo interpreta como que toda verdad espiritual se convierte en materia, porque se cosifica y se transforma en instrumento de la mano del hombre. El expresa que el hombre contemporáneo está tan oscurecido, que su mundo es alumbrado sólo por la luz de su entendimiento.

En la historia de la humanidad se ha oscurecido la luz de la consciencia en innumerables ocasiones, esto parece responder a una profunda disposición estructural arquetípica en nosotros. La creación no posee un sentido reconocible sin la consciencia reflexiva del ser humano, el hombre tiene una importancia cosmogónica, una auténtica razón de ser. La naturaleza que nos rodea no carece de sentido, pero su sentido es latente. Sólo pasa a ser actual cuando se hace consciente en nosotros.

Hay un tema mítico que se refiere a esta situación repetitiva y que tiene relación con un rey senecto y moribundo que es “sustituido” por un sucesor más joven. Los mitos y cuentos hablan de sustituir. En la cultura egipcia, que influyó en la filosofía alquimista, se constituyó el mito de una “transformación” o metamorfosis del rey. Simboliza una imagen de la divinidad que ha envejecido y que precisa renovación. Esta imagen, personifica la representación dominante de la consciencia colectiva de una cultura y de las instituciones basadas en la misma. Estos sistemas tradicionales envejecen y deben ser renovados. La vida de Jung, fue una lucha por la liberación del rey nuevo a partir de la profundidad del inconsciente colectivo.