El hombre de conocimiento
Según esta enseñanza, un hombre de conocimiento es aquella persona que “vive como se debe”. Para esto debía tener un prolongado entrenamiento que se expresaba como un conjunto de principios. Estos comprendían todas las circunstancias no ordinarias pertinentes al conocimiento impartido y que debía ser realizado con un esfuerzo decidido e inclaudicable con el objeto de alcanzar el fin. Cambiar la idea del mundo era la clave, y para conseguirlo se debía “parar el diálogo interior”. Todo era posible con el silencio. Para ello debía cambiarse el protagonismo de los ojos, para quitarles la carga, ya que desde que nacemos usamos los ojos para juzgar el mundo. Un guerrero escucha el mundo, escucha los sonidos del mundo, pero esto debe hacerse armoniosamente y con gran paciencia, entonces el mundo, deja de ser así o asá.

El maestro decidía a quien impartiría la instrucción, debía percibir en el candidato una “intención rígida”, porque tenía que mantener con voluntad la ejecución de todos los procedimientos que se le impartieran. No obstante la decisión final para aceptar un aprendiz, sólo la conocía el chamán y se hallaba en un poder impersonal, fuera del ámbito de su voluntad.

Don Juan llamaba “escogido” a quien hubiera cumplido con ese requisito y era un hombre considerado ya con un mínimo de poder. No bastaba el poder de la primera decisión u otro poder similar. Se debía seguir tomando decisiones, mediante augurios, si el escogido podía continuar o había sido derrotado. Esto podía ocurrir en cualquier punto de la enseñanza. Cualquier circunstancia peculiar se consideraba un augurio.

Todos los actos en el contexto del conocimiento, tenían la cualidad de ser inflexibles y predeterminados, por eso era tan necesaria la intención rígida.

La frugalidad era necesaria porque los actos obligatorios eran instancias que estaban fuera de los límites de la vida y el hombre tenía que hacer un esfuerzo extraordinario para poder realizarlos.

La rectitud de juicio era necesaria para evaluar las circunstancias en torno a cualquier necesidad de actuar de esta manera.