Don Julián le ayudó a convertirse en “hombre de conocimiento” y también le transmitió otros conceptos, uno de los cuales don Juan aplicó en su vida. Se refería al hecho de que la historia personal debía mantenerse en privado, porque así se evitaba “sufrir el peso de los pensamientos ajenos.”

Carlos Castañeda, que aprendió de don Juan, también aplicó este predicamento en su vida.

La enseñanzas de don Juan

El uso de las hierbas psicotrópicas
Las enseñanzas que recibió Castañeda del chamán, consistían en un sistema coherente de creencias, inculcadas por medio de un método pragmático y experimental. No era fácil comprenderlas debido a las extrañas características de los fenómenos que el aprendiz experimentaba. Al principio, el hincapié lo hacía en el uso de plantas psicotrópicas. Empleó por separado el peyote (laphophora williamsii), el toloache (datura inoxia) y un hongo (cilocybe mexicana). Relacionaba la datura y el hongo con la adquisición de “poder” y el uso del peyote con la obtención de sabiduría. Al peyote lo llamaba mescalito.

La importancia de las plantas residía en su capacidad de inducir etapas de percepción peculiar en la consciencia de quien las consumía. A estos efectos Castañeda los llamó “estados de realidad no ordinaria”.

En el contexto del conocimiento de don Juan, esas realidades eran reales, aunque fueran diferentes de aquellas que para nosotros lo son. Don Juan consideraba estos estados como único medio de adquirir poder. Estas plantas guiaban al hombre a ciertos poderes impersonales y los estados que producían los llamaba “encuentros”. Un chamán debía “encontrarse” con estos poderes para ganar su control.

El peyote o mescalito se consumía en reuniones llamadas mitotes. La reunión tenía como objeto encontrar una orientación sobre “la forma correcta de vivir”. Al toloache y a los hongos, los llamaban “aliados”, los cuales eran susceptibles a la manipulación. El hongo era el aliado preferido de don Juan, al que llamaba “humito”.

Un “hombre de conocimiento” debía encontrarse con el aliado las veces que fuera necesario, hasta llegar a familiarizarse con él. Esto significaba que había que fumar la mezcla e ingerir el polvo de hongos. Para minimizar los momentos más cruciales y extenuantes, el chamán usaba el humor.