Desde el 550 a.C. al 250 a C. se desarrolló el período clásico de la filosofía china. Chuang Tsé vivió a finales de esa época. Nació el 360 o 365 a C. en la actual Coaxian, otros autores sugieren que en Shargiu, en la provincia de Henan. Falleció el 290 o 286 a C.
Trabajó en su pueblo natal como funcionario de estado un corto tiempo. Pasó la mayor parte de su vida retirado y en pobreza voluntaria. Se sabe que no aceptó un alto cargo en el estado de entonces y que lo rechazó con su humor característico.
Tuvo una estrecha amistad con el filósofo Hui Shi, de la escuela de las normas, y usó muchas de las ideas metafísicas de su amigo, cuya filosofía era opuesta a la de él. Chuang Tsé, comprendió que su propio pensamiento no era completo por sí mismo, sin la “oposición” de la de Hui Shi, por el principio de complementariedad y usó muchas de las ideas metafísicas de ese filósofo.
La obra de Chuang Tsé se compone de 7 “libros interiores”, los cuales se atribuyen con seguridad a él, 28 “libros exteriores” y 14 “libros varios” que fueron redactados por sus discípulos o sus seguidores. En nuestra época se conservan sólo 33.
En el año 727, un emperador de la dinastía Tang, confirió a Chuang Tsé el título de “Verdadero clásico del país de las flores del sur”. Desde entonces fue convertido en un autor canónico de la religión taoísta.
El fundamente de su pensamiento, como en todas las corrientes taoístas, es el Tao y el wu wei, basada en la síntesis suprema de todos los contrarios, cimentada en el principio de Yin y Yang.
Su obra es una antología del pensamiento, plagado de un humor irónico, exento de crueldad, prepotencia y agresividad. Realza con ingenio literario e imparcial tolerancia su visión filosófica. Basó casi toda su enseñanza en el Tao Te King.
Chuang Tsé sostenía que sólo cuando uno estaba en contacto con el Tao – que no se puede nombrar, que está más allá de todas las cosas existentes, que no puede ser transmitido por medio de palabras ni con el silencio – uno podía comprender como vivir. Vivir solamente con el “Tao del hombre”, era descarriarse. Basar el comportamiento en el “Tao ético”, era no comprender la vida. Chuang Tsé observó que un comportamiento basado en hacer a otro lo que es bueno para uno, es ilusorio, cuando uno no sabe qué es bueno para uno mismo. La felicidad no puede ser alcanzada por medio del utilitarismo y el hedonismo. Decía que la vida de riqueza, placer, ambición, es intolerable, porque “se vive para aquello que siempre está fuera de alcance, sediento de la supervivencia del futuro, e incapaz de vivir en el presente”.
“Vivir el presente de instante en instante es el verdadero Existir”