Del vacío existencial a la vacuidad liberadora:

Buscaremos a la vez aproximar y diferenciar el vacío existencial, doloroso del depresivo, y la vacuidad liberadora, luminosa del místico. En los dos casos, se trata más de experiencias vividas que de conceptos filosóficos. Hay un punto de contacto, una pasarela entre estos dos estados que permiten dar a ciertas depresiones la dimensión de una iniciación, de una entrada en el camino espiritual?

Esquemáticamente, se puede decir que el dominio de la psicología concierne a la descripción de diferentes tipos de depresión y su tratamiento en la fase aguda. Por el contrario, una espiritualidad bien comprendida me parece más eficaz cuando se trata de prevenir los desequilibrios de vida que conducen a la depresión, o cuando se trata de acompañar a un depresivo en un largo plazo. No siempre me ha sido posible decir si mis reflexiones eran sobre todo válidas para el paciente, o bien para el terapeuta, o para el lector ordinario. Ellas se dirigen hacia quienes están abiertos para entenderlas, ya sean aquellos que buscan comprender la depresión para ellos mismos, para su entorno o sus pacientes. Deseo en particular que ellas inspiren a aquellos que tienen la dura tarea, difícil y hermosa, de acompañar a los moribundos.

Las descripciones psicológicas de la depresión y sus límites:
Hay dos grandes tipos de depresiones: las depresiones psicógenas, de origen puramente psíquico, y las depresiones endógenas que tienen una base constitucional a menudo hereditaria. Es la enfermedad maníatico-depresiva con alternativas de excitación y de depresión. Ella parece ser debida a un déficit enzimático perjudicando los intercambios de sodio a través de las paredes de la célula nerviosa. En teoría, no hay nada que se pueda hacer para los pacientes alcanzados por este problema, salvo que se cuiden tomando litio y aceptando su destino. En la práctica, sin embargo, como las crisis tienen a menudo factores detonantes de origen psicológico, un tratamiento que pasara por la parte espiritual no sería totalmente excluido. Conozco personalmente un caso de psicosis maníatico-depresiva mejorado por la meditación. Gracias a ella, el meditante busca ir sistemáticamente más allá de los pares de opuestos (placer-dolor, fatiga-excitación, etc.) mejorando así las variaciones del humor.