La mente:
La mente humana está encargada de percibir y retener datos, de llegar a conclusiones, así como de plantear y resolver problemas relacionados con el organismo.

La inteligencia es la habilidad para percibir, plantear y resolver problemas. Está inhibida por los engramas, que alimentan la mente analítica con datos falsos o incorrectamente clasificados. A su vez los engramas obstaculizan y dispersan la fuerza vital, Se puede decir que un engrama es un momento de inconsciencia que contiene dolor físico o emoción dolorosa con todas sus percepciones. Estos engramas sólo pueden ser ingresados en momentos de inconsciencia donde la mente analítica está atenuada.

La mente reactiva es aquella parte de la mente que archiva y retiene el dolor físico y la emoción dolorosa, y trata de dirigir al organismo mediante estímulo y respuesta.

La mente somática es la que, dirigida por la mente analítica o la reactiva, ejecuta las soluciones a nivel físico.

Las aberraciones, entre las que se incluye todo comportamiento trastornado o irracional, tienen como única causa a los engramas, al igual que las enfermedades psicosomáticas.

Por todo lo expuesto anteriormente podemos decir que el objeto de la dianética es producir un liberado, es decir un individuo del cual se ha eliminado la tensión o angustia más importante, o un claro, que es aquel que como resultado de la terapia no tiene enfermedades psicosómaticas o aberraciones potenciales.

Auditor es alguien adiestrado en la aplicación de esta técnica, no es un guía o consejero del paciente, está allí sólo para auditar (escuchar). Su tarea es proteger al paciente durante la terapia y computar, porque el paciente solo no puede llegar al banco de engramas y contactarse con ellos. La técnica no va dirigida contra el paciente sino contra el banco de engramas. Si el paciente gime o maldice, en realidad son los engramas hablando y es en ese momento donde hay que atacarlos y no huir o sucumbir frente a ellos. Es por eso que el auditor debe ser capaz de permanecer tranquilo, manteniendo firme en su mente que cada gemido es un paso hacia la meta.