Por eso es interesante e importante aprender un mínimo de digitopuntura, no sólo para tratar enfermedades, sino para desarrollar una mejor relación con los demás. Mediante el tacto y el acto: el amor se expresa en hacer algo para otro. No sólo pensar algo bueno para el otro, sino que hacer algo para el otro. Por ejemplo, si el hombre vuelve a casa cansado, su mujer puede ayudarlo. Si la mujer está cansada después de haber trabajado mucho en casa, el hombre puede ayudarla con masajes de digitopuntura, u otros especiales Esto puede ser como una terapia, para desarrollar una mejor comunicación no verbal, táctil.

Un patrimonio perdido en Occidente

Se podría pensar que el conocimiento de las técnicas de la digitopuntura constituye una herencia perdida en Occidente, la que recién estamos recuperando desde Oriente. Sin embargo, en Occidente había antiguamente métodos de este tipo. Por ejemplo, en campos lejanos, con mala salud pública, la gente, cuando estaba cansada, decía: Ojalá alguien me ayude a soltar aquí atrás. En los campos sudamericanos se solía arrollar el rollo” en la espalda (exactamente, como en la quinta técnica, nye, de la digitopuntura) para curar el empacho y otras dolencias.

El perfil de un digitopuntor

Un buen terapeuta tiene que estudiar profundamente las disciplinas necesarias, por ejemplo, lo más básico de anatomía, fisiología, patología y biología humana. Y en su práctica de la digitopuntura tiene que alcanzar fuerza y flexibilidad al mismo tiempo, integradamente, para lograr un mejor efecto para el paciente. El terapeuta mismo, además, necesita practicar ejercicios, para evitar enfermedades profesionales, como tendinitis del brazo, por ejemplo. Necesita estudiar el sistema de los meridianos y su relación con la patología. Debe también estudiar la relación entre las diversas enfermedades.

Algunos practicantes de la medicina natural y digitopunturistas tienden a rechazar los métodos y medios de la medicina occidental. Esto es un error, pues hay muchas técnicas y conocimientos de ella que son muy útiles y eficaces. Hay que reconocerlo y aceptarlo objetivamente. El digitopunturista debe ponerse en el lugar del paciente, que está interesado en sanar rápida y económicamente, sin importarle demasiado la escuela .