Autorrealización:
La norma de la autorrealización propuesta por la ecología profunda está relacionada con las grandes tradiciones espirituales de la mayor parte de las religiones del mundo y trasciende la noción occidental moderna que define al ser como un ego aislado cuyo impulso primario estriba en la gratificación hedonista o en una idea muy limitada de salvación individual en esta vida o la siguiente. El crecimiento y el desarrollo espiritual comienza cuando dejamos de concebirnos y de vernos a nosotros mismos como egos aislados que se hallan en oposición y nos abrimos a la identificación con otros seres humanos, comenzando por nuestra propia familia y siguiendo con nuestros amigos hasta terminar abrazando a toda la especie humana. Sin embargo, la ecología profunda va un paso más allá de esta identificación con la humanidad y subraya también la necesidad de llegar a identificarse con el mundo no humano. Debemos, pues, aprender a mirar más allá de las creencias y presupuestos de nuestra sociedad contemporánea, más allá de la sabiduría convencional de nuestra época y lugar, y esto sólo puede lograrse mediante un proceso meditativo de cuestionamiento profundo. Sólo de este modo podremos alcanzar la plena madurez de nuestra personalidad y de nuestra singularidad.
Una sociedad nutricia y no dominante puede resultar sumamente útil en el “trabajo real” de llegar a convertirnos en personas íntegras. Este “trabajo real” puede ser definido simbólicamente como la realización del “ser en el Ser”(entendiendo por “Ser” la totalidad orgánica) y también podríamos resumir en una frase el proceso del pleno desarrollo del ser diciendo: “Yo no puedo salvarme mientras no lo hagan todos los individuos”, (y entendiendo aquí por individuo no sólo al individuo humano sino -además de toda la humanidad- a las ballenas, los osos pardos, los ecosistemas de los bosques húmedos, las montañas, los ríos y el más diminuto de los miocrobios).
Igualdad biocéntrica:
La intuición de la igualdad biocéntrica afirma que todas las cosas tienen el mismo derecho a vivir, crecer y alcanzar sus propias formas individuales de expresión y autorrealización dentro del marco superior de la Autorrealización. Esta intuición básica se resume en la idea de que todos los organismos y entidades que pueblan la ecosfera participan de la misma totalidad interrelacionada y que, por consiguiente, tienen el mismo valor intrínseco.