El cuerpo humano es una máquina capaz de realizar trabajo, y la energía para realizarlo se deriva de los alimentos, el aire y las impresiones. Comemos comida, respiramos aire y recibimos impresiones a través de los órganos de los sentidos. El intercambio entre estas tres formas de nutrición crea la variedad de energías que manifestamos.
Estas energías son de tres tipos: física, emocional y mental, y para cada uno de estos gastos de energía es necesario crear los recursos en nosotros. Por supuesto que no podemos gastar más que nuestros ingresos, No sólo no podemos hacer físicamente más de lo que nuestra alimentación lo permite, sino que tampoco podemos sentir o pensar más de lo que nos permitan los correspondientes ingresos. Estaremos cansados de pensar y no pensaremos más; estaremos cansados de las sensaciones y no sentiremos más, tal como nos cansamos dell ejercicio físico. La fatiga en cualquiera de estos aspectos significa la misma cosa, esto es, que hemos agotado temporalmente nuestra energía almacenada. Luego de dormir, o comer, o cambiar de aire o situación, podemos nuevamente actuar, sentir o pensar; pero por el momento estamos vacíos.
Hay, sin embargo, dos tipos de fatiga: imaginaria y real. Es bastante común que la gente piense que está cansada cuando en realidad no lo está. Dada una nueva motivación, la persona se sorprende de la energía que encuentra disponible. Este fenómeno en términos físicos, se suele llamar el segundo aliento, y es como si fuera una segunda reserva de energía a la que se puede echar mano sólo cuando la primera está exhausta. El mismo fenómeno puede ocurrir respecto del sentir y el pensar, aunque generalmente desistimos después de agotado el primer aliento. Pero podemos, por así decir, proponernos pasar de la primera fatiga al segundo aliento o reserva.
La fatiga real, muy distinta de una mera primera fatiga, sucede cuando la segunda o, quizás, la tercera reserva ha sido agotada. Entonces es necesario el descanso y la recuperación, o la máquina se derrumbará. Nuestra máquina está construída de modo tal que prácticamente todos los días creamos dentro de nosotros uno a uno los tres tipos de energía. No invertimos más que una pequeña parte de nuestros ingresos en las tareas que realizamos. Sin embargo, nos acostamos cansados, extenuados. Por qué ocurre eso?