El ejercicio de constataciones por el cual el hombre alcanza este importante logro en el camino del Conócete a ti mismo, es un acto de concentración pasiva. Sin embargo, para alcanzar la visión en sí mismo de su ser polar, el hombre debe practicar, en esta introspección de segundo grado, una concentración activa.

Desde el día en que el hombre ha captado la existencia de los seres polares, y al captarla su corazón se enciende con el deseo ardiente de encontrar el suyo, debe dedicarse sin tardanza a la tarea. Así el hombre – joven o viejo – de ahí en adelante debe vivir para ello, cultivando dentro de ese objetivo el doble deseo de:

a) merecer la felicidad de reconocer en sí mismo la imagen de su ser polar,
b) merecer la felicidad de reconocerlo desde que se vuelvan a encontrar.

La máxima general que debe aplicarse rigurosamente es que para alcanzar la meta propuesta es necesario pensar en ello sin cesar. Es la concentración activa exigida. Al contrario de lo que podría creerse, este permanente ejercicio no sólo no constituye un impedimento a la actividad exterior, sino que aumenta considerablemente la capacidad de trabajo. No es difícil comprender por qué. Es porque, desde el primer día de práctica de esta concentración activa introspectiva, el hombre se vuelve hacia su Yo real, la fuente de su vida y de sus fuerzas y, paso a paso, día tras día, marcha a su encuentro.

También no se perderá de vista que a causa de las necesidades del Período de Transición, la rápida aproximación de la Era del Espíritu Santo y la encarnación acelerada de las almas ligadas a nuestro planeta, la puerta del que llamaríamos Quinto Camino se encuentra ampliamente abierta. En virtud de lo cual, tanto los Caballeros como sus Damas son beneficiados más particularmente con la gracia divina: unidos para siempre en la Verdad y la Vida, entrarán en el seno del Señor para ser empleados inmediatamente en un trabajo realizado en Su propio Nombre.

Porque en la actualidad, tal como 2.000 años atrás: la cosecha es grande, pero los obreros pocos.

Boris Mouravieff

Extractado por Farid Azael de
Boris Mouravieff.- Gnosis.- C. S. Ediciones