Esta tarea es, de distinta forma, más difícil y ardua que la que corresponde al Hombre astuto, porque desde el comienzo exige un gran esfuerzo consciente – en principio permanente – de maestría de los dos participantes. Aquí se exige un rigor sin tropiezos del pensamiento, un tratamiento metódico de las emociones negativas, así como el cultivo de las emociones positivas orientadas – como los esfuerzos mentales – hacia un objetivo esotérico bien determinado, elegido sinceramente e idéntico para los dos. No es sólo que deben satisfacer la exigencia más válida que nunca para cada uno de ellos de no mentirse a sí mismos, sino que tampoco deben mentirse el uno al otro, ni en palabras ni en pensamientos, y esto desde el día de la decisión tomada en común de emprender juntos este Camino.
En compensación, si satisfacen las condiciones generales de conducta y trabajo, así como las indicaciones particulares que les hayan sido dadas, el hecho mismo de marchar juntos esforzándose a cada paso por actuar con el espíritu de un Yo bipolar, facilitará en gran medida su tarea.
La sinceridad absoluta que se les exige debe constituir una base sólida para sus relaciones en todos sus aspectos: en consecuencia, toda falta a esta condición esencial se traducirá inmediatamente en una caída parcial, provisoria, y que incluso podrá transformarse en definitiva en caso de reincidencias. En estos casos los culpables serán arrojados de este lado del primer Umbral. Entonces todo tendrá que volver a empezar.
El primer interrogante a dilucidar es saber si los dos seres polares pueden pertenecer a dos tipos humanos diferentes. Por ejemplo, un hombre intelectual puede tener como ser polar a una mujer de tipo instintivo o emocional? Ello está absolutamente excluido. El Yo real que es UNO para la pareja comporta una bipolaridad ideal. Así mismo, la polaridad de dos Personalidades de seres polares, reflejo desdoblado de la del Yo real, es también ella necesariamente ideal. Es decir, que es total entre los centros psíquicos respectivos. Esto va incluso más lejos: los cuerpos físicos de dos seres polares son también rigurosamente polares.