La cuestión no deja de ser el recuerdo de sí. Se presiente como el gran misterio, y a la vez como la respuesta real, definitiva. Pero en seguida se empieza a perder el rumbo. Hay llamada y respuesta a la llamada. Si la llamada ha resonado de veras. la respuesta no puede menos que venir. Y luego sigue la ejecución, que traduce en forma de comportamiento lo que ha sido el impulso suscitado por la llamada.

La primera respuesta suena como un acorde justo, en cierto sentido.

Y en seguida vuelve la incertidumbre. Una de sus formas más flagrantes consiste en asumir responsabilidades en falso, como quien se atribuye la capacidad de responder, y en seguida exige que los demás hagan lo mismo.

Y por otro lado está el buscador de la verdad, el que mantiene vivo el cuestionamiento, el que procura elegir y reconocer lo que suena ajustado en las respuestas que recibe, y en las que le ofrece tal cual tradición, y las experimenta, prueba a experimentarlas; el que decide: No. todavía no es esto, se trata de otra cosa, y sigue buscando y buscando.

Lo que el señor Gurdieff nos revela de su vida de buscador es un perpetuo cuestionarse y volverse a cuestionar, no sólo al principio. sino hasta el fin.

Y a la vez el reconocimiento de una respuesta percibida de cierta manera en un momento dado y de otra manera en otro momento, pero en eso también hay una continuidad.

La respuesta se da desde el comienzo y es recibida en una forma u otra, o en una tercera o décima. .. que se contradicen más o menos entre sí. Es de otra dimensión que lo que percibe habitualmente.

Habría que hacer sitio a las diferentes etapas en el camino del buscador de la verdad. Puede ocupar un lugar cierta identificación con el cuidado de ceñirse verdaderamente a lo que ha sido propuesto, tal como se ha comprendido.

A falta de esto, se corre perpetuamente el riesgo de derivar.

Hay quien dice, así, de paso: Ah, eso es interesante ! Pero también hay otras cosas, esto, y esto otro. Y así puede permanecer indefinidamente. Cuando hay de veras la tentativa seria de una experiencia que corresponde a lo que se ha recibido, tampoco es un fin en sí, tiene que seguir abierto a nuevas interrogaciones que permitan ir más lejos, acercarse a lo que se ha sentido desde el principio, pero que se debe sentir de manera cada vez más acorde. según se va desarrollando la experiencia.