Me dio una explicación detallada de lo que era el molde del hombre. No habló de él en términos de las emanaciones del Águila, sino en términos de un patrón de energía que sirve para imprimir las cualidades de lo humano sobre una burbuja amorfa de materia biológica. Por lo menos así lo entendí yo, especialmente después de que me lo explicó aún más a fondo usando una analogía mecánica. Dijo que era como un gigantesco molde, un cuño que produce seres humanos uno por uno, interminablemente, como si llegaran a él sobre una banda continua de producción en masa. Hizo una vívida mímica del proceso al unir con gran fuerza las palmas de sus manos, como si el cuño moldeara a un ser humano cada vez que eran unidas sus dos mitades.

Dijo también que cada especie tiene su propio molde, y cada individuo de cada especie moldeado por el proceso muestra características particulares de su propia especie. Después empezó una elucidación extremadamente inquietante acerca del molde del hombre. Dijo que tanto los antiguos videntes como los místicos de nuestro mundo tienen una cosa en común, han podido ver el molde del hombre pero no entienden lo que es. A lo largo de los siglos, los místicos nos han legado conmovedores relatos de sus experiencias. Pero, por muy hermosos que sean, estos relatos se ven estropeados por el craso y desesperante error de pensar que el molde del hombre es un omnipotente y omnisciente creador; los antiguos videntes estaban igualmente errados al creer que el molde del hombre era un espíritu amistoso, un protector.

Me aseguró que los nuevos videntes eran los únicos que tenían la sobriedad para ver el molde del hombre y para entender lo que es. Lo que han llegado a entender es que el molde del hombre no es un creador, sino el molde de todos los atributos humanos que podamos concebir, y de algunos que ni siquiera podemos concebir. El molde es nuestro Dios porque nos acuñó como lo que somos y no porque nos ha creado de la nada haciéndonos en su imagen y semejanza. Don Juan dijo que, en su opinión, el caer de rodillas en presencia del molde del hombre exuda arrogancia y autocentrismo humanos.