Creía Vittoz que era muy probable que todo nuestro cuerpo vibrara al unísono de nuestro cerebro, y que esta vibración era especialmente perceptible en la región de la frente. La naturaleza y detección de estas vibraciones con los medios de la neurociencia contemporánea es aún un problema abierto. Los practicantes vitozzianos aprenden, por su lado, a escuchar y a comprender el lenguaje del cuerpo, familiarizándose con estas vibraciones. Algunos de ellos, psicoanalistas y técnicos experimentados, han tratado de precisar la naturaleza de estas ondas, pero las investigaciones continúan.

Controlar o dejarse fluir ?

Más de algún lector de Vittoz, adepto a la Nueva Era, puede haber sentido erizarse sus cabellos al oír hablar de “control, reeducación”, “amaestramiento”, términos tan contrapuestos a la espontaneidad del zen o el fluir del Tao, entre otros. Sin embargo, la práctica de su método revela progresivamente que las palabras escogidas por Vittoz recubren otras realidades que aquellas que primero imaginamos. Y que su “reeducación funcional” apunta justamente al desarrollo de la atención, la presencia en el aquí y el ahora, la concentración en los actos cotidianos, la apertura a la sensación del cuerpo, todos ellos elementos fundamentales en la práctica del zen y otros caminos, budistas o no. De hecho, su intuición y agudo sentido de observación, aplicados a los padecimientos de sus enfermos nerviosos, lo llevaron a redescubrir ejercicios y técnicas análogas a las utilizadas en diversas tradiciones orientales, cada vez más relevantes para el hombre “normal de nuestra sociedad.

Este médico suizo del siglo pasado aparece así hoy día como un genial pionero de las terapias alternativas y. holísticas de la Nueva Era, cuya profunda, comprensión de la relación mente-cuerpo contrasta con la actitud analítica y reduccionista de muchos médicos contemporáneos.

Jorge Soto Andrade

Más Información:

Iron-Velay.- Pratique de la méthode Vittoz.- Editions du Levain, Paris, 1971.

R. Bruston.- De la méthode du docteur Vittoz a la psychologie des profondeurs.-
Epi, Paris, 1975.