Un caso de angustia

El siguiente caso es relatado por la doctora R. Bruston, psicoterapeuta francesa, practicante del método Vittoz:

“La señora B., una madre muy amante y preocupada, que perdió a su hijo mayor en un accidente de montaña, vive temiendo que su otro hijo caiga enfermo. Pensar en los sufrimientos y la posible muerte del niño desencadena en ella la angustia y la arrastra a un torbellino de imágenes irresistibles que la perturban profundamente. Esta angustia crea en ella actitudes excesivamente solícitas y sobre protectoras hacia el niño. Ella está consciente de todo eso, pero no puede cambiarlo. Se da cuenta de que su manera de ser, posesiva y autoritaria, imponiendo reglas y precauciones, tiende a engendrar miedo en el niño, a destruir su confianza natural en sí mismo, angustiándolo a su vez. Por otra parte, este estado de tensión cerebral, causa de la angustia, compromete y descontrola su sistema nervioso, especialmente el simpático, provocando trastornos orgánicos importantes: insomnio, dolores de cabeza, cansancio, imposibilidad de trabajar “.

En ese estado, le aconsejan emprender un tratamiento Vittoz. Para recuperar el equilibrio roto, será necesario que ella reeduque su control cerebral le explica la terapeuta.

Pero cómo?

Vagabundeo cerebral

Primero, se trata de lograr que esta madre angustiada tome consciencia de que es una idea – la idea de la posible muerte del niño – la causante de sus trastornos, tanto físicos como psíquicos; que el estado de tensión cerebral creado por esta idea ha perturbado su sistema nervioso, y que su equilibrio se habría mantenido si ella hubiera podido – o sabido – apartar esta idea patógena.

Con demasiada frecuencia nuestras ideas se asocian de manera independiente de la voluntad, y son la causa de estados de “no presencia”, de angustia, formando lo que Vittoz llama el “vagabundeo cerebral”, cuyo poder conocemos bien, en contraste con nuestra propia impotencia, cuando por ejemplo, queremos reflexionar, leer o meditar y las ideas atraviesan nuestra mente sin cesar.