Según Prigogine, las culturas son las estructuras disipativas más coherentes y extrañas que existen. Un número crítico de partidarios del cambio pueden crear una dirección privilegiada, de modo semejante a como un cristal o un imán organizan el entorno a su alrededor por su propia virtualidad interna. A causa de su tamaño y densidad, las sociedades modernas están sujetas a extensas fluctuaciones internas, que pueden desencadenar cambios hacia un orden superior y más rico, un mayor pluralismo y diversificación de la sociedad.
Prigogine reconoce que esta ciencia de la transformación tiene un fuerte parecido con las concepciones de las filosofías orientales, de los poetas y los místicos, y de científicos y filósofos como Henry Bergson y Alfred North Whitehead. Una profunda visión colectiva, la llamaba él. Y piensa que el abismo entre las dos culturas no consiste, como Snow creía, en que quienes las profesan no leen suficientes cosas sobre las ciencias, y viceversa.
Uno de los aspectos básicos de las humanidades es el tiempo, el modo como cambian las cosas. Las leyes del cambio. Mientras en física y química no contábamos más que con esa ingenua idea del tiempo, la ciencia poco podía decir a las artes. La ciencia se está ahora pasando del mundo cuantitativo al mundo cualitativo, mundo en el que somos capaces de reconocernos: está surgiendo una física humana. Esta visión del mundo sobrepasa la dualidad y las opciones tradicionales, para abordar una perspectiva cultural rica, pluralista, que reconoce que la vida en un orden superior no está sujeta a leyes, sino que es capaz de abrirse a ilimitadas innovaciones y a otras realidades alternativas.
Y este punto de vista ha sido expresado por muchos poetas y escritores como Tagore, Pasternak El hecho de que podamos citar verdades enunciadas tanto por científicos como por poetas es ya en algún sentido una prueba de que es posible tender un puente entre las Dos Culturas, y de que nos encontramos a las puertas de un nuevo diálogo. Nos estamos aproximando a una nueva unidad, a una ciencia no totalitaria, en la que nadie trata de reducir un nivel al otro.