
Aunque no sabemos acerca del tiempo más que es una de las cuatro dimensiones de nuestra existencia, podemos definir el presente. El presente es el punto cero, siempre en movimiento, de los opuestos pasado y futuro. La personalidad bien equilibrada toma en cuenta el pasado y el futuro sin abandonar el punto cero del presente, sin considerar el pasado y el futuro como realidades. Todos somos capaces de dirigir la mirada hacia atrás y hacia delante, pero la persona incapaz de enfrentarse a un presente desagradable y que vive ante todo en el pasado o el futuro, envuelta en el pensamiento histórico o futurista no está adaptada a la realidad. De esta forma la realidad además de la formación fondo-figura – asume un nuevo aspecto proporcionado por el sentido de actualidad.
Se reconoce que el soñar despierto es una de las pocas ocupaciones consideradas como huida del punto cero del presente hacia el futuro, y en ese caso es común referirse a esto como un escape de la realidad. Por otro lado, hay personas que acuden al analista sólo con el deseo de obrar de acuerdo con la idea popular acerca del psicoanálisis: desenterrar todos los recuerdos o traumas infantiles posibles. Con un carácter retrospectivo, el analista puede malgastar años siguiendo esta caza del pato salvaje. Por estar convencido de que ahondar en el pasado es una panacea para la neurosis, sólo colabora con la resistencia del paciente a enfrentar la neurosis.
El constante ahondar en el pasado tiene además otras desventajas, en cuanto no toma en cuenta lo opuesto, el futuro, y no comprende por ello todo un grupo de neurosis. Examinemos un caso típico de neurosis de anticipación: Una persona, al ir a acostarse, se preocupa acerca de cómo dormirá; por la mañana tiene una gran resolución respecto al trabajo que realizará en su oficina. Al llegar allí no cumplirá sus resoluciones, sino que preparará todo el material que pretende comunicar al analista, aunque no ofrecerá este material en el análisis. Cuando llega el momento de emplear los hechos ya preparados, su mente se ocupa en que espera cenar con su amiga, pero durante la cena hablará a la joven acerca de todo el trabajo que tiene que realizar antes de ir a la cama, etc., etc. Este ejemplo no es una exageración, porque hay muchas personas que siempre están unos pocos pasos o millas más allá del presente. Jamás recogen los frutos de sus esfuerzos, ya que sus planes nunca establecen contacto con el presente, o sea, con la realidad.