Evidentemente existe un vasto lapso en la historia entre el método original de comunicación humana por medio del mensajero, a pie o a caballo, y la máxima realización científica de interacción telepática que anulará el tiempo y la distancia.
En nuestra actual etapa de evolución estamos llevando a cabo un experimento o investigación sobre las funciones mentales comunes del género humano. Gran parte de esta investigación científica no sólo es un esfuerzo para analizar y comprender la calidad y la motivación de la inteligencia, el estimulante causal de los procesos mentales y la parte que desempeña el pensamiento en la relación entre la mente y el cerebro, sino que también constituye un estudio precursor de la mente como un centro de energía y de la actividad del pensamiento como utilización de la energía mental.
A medida que prosigue este trabajo, podemos estar seguros que el mundo sutil de la mente acortará más aún las distancias de tiempo y espacio que durante tanto tiempo han servido para separar a los hombres de los diferentes países, limitados por las fronteras terrestres y marítimas. Aunque desde el punto de vista de las ciencias físicas, es relativamente reciente la búsqueda secuencial planificada en la naturaleza de la mente, como parte vital y determinante del mecanismo humano.
Muchos grupos y escuelas metafísicas durante siglos han basado su trabajo y actividades sobre el empleo de la mente consciente como intérprete de los planos de la conciencia sobrenatural o espiritual, y como trasmisor de energía desde esos reinos superhumanos de vida y pensamiento. “El significado principal de la palabra metafísica deriva de la denominación que Aristóteles mismo dio a las discusiones de la Primera Filosofía o Teología, que trataba de la naturaleza del ser, con la causa o génesis y de la existencia de Dios”, (Diccionario Internacional de Webster).
Al considerar el aspecto energía de la mente como un medio de hacer contacto con la naturaleza del ser, con la existencia de Dios y con el poder del pensamiento, como afluencia de energía dirigida y controlada, agregamos aire y fuego a los elementos que el hombre ya ha dominado, proveyendo así un paso progresivo hacia el completo control del medio ambiente natural por parte del hombre, es decir, los elementos de tierra, agua, aire y fuego.
Usamos las palabras como vehículo de nuestras emociones. Por eso, cuando decidimos trabajar con el poder del pensamiento y las palabras para lograr nuestros objetivos es importante que usemos la visualización, ella es la que carga de la emoción correspondiente a nuestras palabras. El subconsciente sólo atiende a las emociones. No escucha palabras exactamente, obedece emociones.
Por eso es importante hacernos conscientes del poder de nuestras palabras y pensamientos y aprender a controlarlos y usarlos adecuadamente.
Podemos conseguir cualquier objetivo que nos propongamos.