Cuando te desplazas por tu propia línea de relato, los objetos mentales (los contenidos de una realidad virtual dentro del reino subjetivo, que suelen aparecer en tus sueños como personajes oscuros) cobran vida y se te aparecen como nuevas imágenes, pensamientos, sentimientos e intuiciones. Estas imágenes te pueden arrastrar como si te llevara una ola gigante.

La línea de relato conecta el mundo de allí fuera con el mundo de aquí dentro. La onda de la vida desplaza al yo desde los objetos mentales de la línea de relato hasta el reino físico, donde anima las contrapartidas materiales. Entonces, las contrapartidas materiales reaccionan y devuelven por esas mismas líneas de relato una onda reflejada que establece una conexión entre la realidad virtual interior y el campo físico exterior. Esta respuesta de onda imaginal de iniciación/onda física reflejada produce un bucle en el tiempo, en el que la actividad física se produce antes o después de que aparezca el objeto mental. Cuando la actividad física se produce después, tú lo experimentas como el cumplimiento de un deseo. Cuando se produce antes, lo ves como un dejá vu, o tienes una sensación interior de saber lo que va a pasar.

Acuérdate del primer ser, Adán Kadmón. De sus ojos, boca, nariz y oídos emanó la luz primigenia ilimitada. En un gran misterio abrumador, surgieron entonces de la nada unos recipientes especiales que recogieron esta luz primigenia. Estos recipientes eran materia primigenia o seminal. Eran los primeros actos de limitación.

Para convertirte en este Adán debes ser consciente de este misterio de la luz contenida. Debes acceder a la línea de relato del tiempo, acudir al pozo de lo imaginal y dar el primer paso hacia la magia y hacia un despertar sagrado. Este paso fue y es el principio de algo, en lugar de nada. Fue y es el acto primigenio de la creación. Fue y es la formación de la herramienta más poderosa que se ha creado jamás: la palabra.

Fred Alan Wolf

Extractado por Julián Alvarez de
F. A. Wolf.- La Mente en la Materia.-Gaia