Arriba, arriba en el alto, delirante, ardiente azul
he coronado grácilmente las alturas barridas por el viento.
Donde nunca voló una alondra, ni tan siquiera un águila .
Y, cuando con mente silenciosa y elevada, he hollado
la alta e inmaculada santidad del espacio,
he sacado la mano y tocado el rostro de Dios.
A los puer no les suelen gustar los deportes que exigen paciencia o un largo aprendizaje, ya que el puer aeternus en el sentido negativo del término suele ser de naturaleza muy impaciente. Conozco a un joven, un ejemplo clásico de puer aeternus, que practicó el montañismo durante períodos tremendamente largos, pero odiaba tanto cargar con una mochila que prefería entrenarse para ser capaz de dormir a la intemperie. También aprendió a ir prácticamente sin comida, simplemente para no tener que cargar peso. Anduvo durante años por las montañas de Europa y de otros continentes, durmiendo bajo los árboles o en la nieve. En cierto modo, llevó a cabo una existencia muy heroica, sólo para liberarse de tener que ir a un refugio o cargar con una mochila. Podríamos decir que esto era simbólico, ya que un joven así en la vida real no quiere estar agobiado por ningún tipo de carga; lo único que rechaza absolutamente es asumir responsabilidad por algo o tener que cargar con el peso de una situación.
En general, la cualidad positiva de estos jóvenes es cierta espiritualidad que procede de un contacto relativamente directo con el inconsciente colectivo. Muchos tienen el encanto de la juventud y el efecto seductor de un trago de champán. Por lo común, es muy agradable conversar con los pueri aeterni; suelen tener temas interesantes que hablar y producen un efecto estimulante sobre el oyente; no le gustan las situaciones convencionales; formulan preguntas profundas y van directamente en pos de la verdad; generalmente buscan una religión genuina, búsqueda que es típica de quienes se acercan a los veinte años de edad. El encanto juvenil del puer aeternus suele prolongarse a las etapas posteriores de la vida.
En mi vida ya me topé con varios hombres con estas características. Al principio, son hombres que deslumbran, bajo la apariencia brillante de un niño mágico, pero con un distanciamiento de sus sentimientos que los hace duros, fríos…y si, es cierto, abundan en nuestra sociedad. Para mí es importante reconocerlos, pues por mi experiencia es frecuente que las relaciones no lleguen a buen puerto…se enfadan fácilmente y desaparecen sin dejar rastro…