Aquí hay, sin embargo, algunos malentendidos, ya que el puer aeternus puede trabajar, como pueden hacerlo todos los primitivos o la gente con un débil complejo egoico, cuando está fascinado o entusiasmado. Entonces puede trabajar veinticuatro horas seguidas o incluso más, hasta que caiga. Pero lo que no puede hacer es trabajar en una mañana triste y lluviosa cuando hay tareas aburridas y uno tiene que ponerse a ellas a la fuerza; ésta es la única cosa que habitualmente el puer aeternus no aguanta y que intentará evitar con cualquier excusa. El análisis de un puer aeternus llega tarde o temprano a este problema. Sólo cuando el ego se ha fortalecido suficientemente puede superarse el problema y se da la posibilidad de empeñarse en el trabajo. Naturalmente, aunque uno conozca el objetivo, cada caso individual es distinto. Personalmente he comprobado que no sirve de mucho ir predicando a la gente que deberían trabajar, porque acaban enfadándose y marchándose.
Por lo que he visto, el inconsciente generalmente intenta crear un compromiso, indicar la dirección en la que puede brotar el entusiasmo o en la que la energía psicológica fluirá con naturalidad, pues naturalmente es más fácil ponerse a trabajar en lo que a uno le atrae. No es tan duro como trabajar cuesta arriba en contra del propio flujo de energía. Por tanto, suele ser aconsejable esperar un poco, ver hacia dónde va el flujo natural de interés y energía y entonces intentar que la persona trabaje ahí. Pero en toda área laboral llega siempre el momento en que toca afrontar la rutina. Todo trabajo, incluso el trabajo creativo, contiene cierta cantidad de rutina aburrida, que es donde el puer aeternus huye y llega de nuevo a la conclusión de que no es esto!. En tales momentos, si uno recibe apoyo del inconsciente, se producen sueños que muestran que debería perseverar y superar el obstáculo. Si tiene éxito, la batalla está ganada.
En una carta Jung dice del puer: Creo que la actitud del puer aeternus es un mal inevitable. La identidad con el puer implica una puerilidad psicológica que más vale dejar de lado. Siempre lleva a golpes externos que muestran la necesidad de otra actitud. Pero la razón no consigue nada, porque el puer aeternus siempre es un agente del destino.
Traducido y extractado por Julián Alvarez de
M. L. von Franz.- Puer Aeternus: A Psychological Study of the Adult Struggle with the Paradise of Childhood
En mi vida ya me topé con varios hombres con estas características. Al principio, son hombres que deslumbran, bajo la apariencia brillante de un niño mágico, pero con un distanciamiento de sus sentimientos que los hace duros, fríos…y si, es cierto, abundan en nuestra sociedad. Para mí es importante reconocerlos, pues por mi experiencia es frecuente que las relaciones no lleguen a buen puerto…se enfadan fácilmente y desaparecen sin dejar rastro…