La respiración es muy importante; cuando es rítmica y tranquila, se obtiene una consciencia precisa, ésta, es la aplicación del método de inversión. Uno debe sentarse derecho, cómodo, en silencio, porque todos los fenómenos desembocan en la calma física y quietud interior.
La práctica debe ser constante, se cierran los párpados sólo hasta ver la punta de la nariz, a esto se llama “contemplación fijativa”. Se debe fijar el pensar en el punto que está en medio de los ojos, el taoísmo le llama Castillo Central, éste es el portal de entrada, es importante porque produce la consolidación de la iluminación.
Hay que contemplar e instituir nuevamente la fijación. La lengua se fija contra el paladar. En 100 días de trabajo concentrado, la luz es real, sólo entonces se convierte en fuego del espíritu.
Hacer girar la luz es agotar la compulsión de la rutina de siempre, debe hacerse girar en la misma energía de la creación, porque no se trata de detener la fantasía sólo temporalmente. Una vez que se hace girar la luz, todo el universo gira. “Todos los rayos del cuerpo humano, fluyen hacia arriba, en la “apertura del espacio”
La Realización existe, cuando “el cielo es abierto, la tierra es ancha y todas las cosas son como son”.
Concentrarse no significa quedarse rígidamente fijado, la concentración en el centro, es comprender que
es omnipresente y que el universo entero está dentro de él. Uno se concentra en él para atravesar la puerta; indica el mecanismo de la creación. Debe haber concentración y comprensión interna. Se debe investigar el origen de cada pensamiento, de donde surgen y cuando se comprueba que no pueden ser agarrados, ya no se necesita buscar su origen. “Habiendo buscado mi mente me doy cuenta de que no puedo agarrarla”. Esto es correcta visión. Una vez que es imposible atraparla, continuar practicando la contemplación.
Girar es detenerse. La Luz es ver. Al detenerse sin ver, se llama girar sin luz, a ver sin detenerse, se llama tener la luz sin girar.
Obstáculos
Los más importantes son la negligencia y la distracción. La técnica para eliminarlas, es poner la mente en la respiración. Por lo tanto, en el giro de la luz debe armonizarse la respiración, que debe ser inaudible. A mayor sutileza, más quietud, después se hará perceptible la sustancia de la mente.