En la simbología tradicional china, era el color de la tierra. En el sentimiento popular, se lo considera el color de la envidia y de los celos, probablemente en relación con la bilis amarilla de los cuatro humores del cuerpo. En la Edad Media se consideraba el amarillo pálido como la representación de la agresión traicionera, por ello los judíos se veían obligados en esa época a vestir de amarillo.

Su preferencia demuestra una personalidad de temperamento abierto, jovial, espiritual, testimoniando una cierta libertad interior. Su rechazo indica, por el contrario, necesidad de aislamiento y temor al cambio.

Verde: Combinación del amarillo y del azul, este color es el más tranquilizador que se pueda hallar. El ojo y el alma descansan en él, sin desear más. El sistema nervioso encuentra en este color una calma y una serenidad como la que nos produce la maravillosa visión de la múltiple variedad de tintes de la vegetación. El verde crea el reposo, aplaca el tumulto de la mente procurando una verdadera refrigeración mental. Equilibrado, apaciguador, crea un ambiente alegre. Sus muy variados matices son mensajes de vida.

En el simbolismo popular representa la esperanza y se consideran positivos los sueños en que aparece
este color. La cruz de Cristo fue representada a menudo de color verde como símbolo de la esperanza en la redención. En la vida cotidiana, luz verde significa paso libre. En el Islam, el color del Profeta es verde, y los sufíes hablan del Hombre Verde. En la alquimia china figura el dragón verde, simbolizando el yin, el mercurio y el agua.

Quien evita el verde seguramente sufre una gran tensión nerviosa que le impide abandonarse a los influjos vitales. Sus síntomas son opresión física, angustia, agitación mental, estrés, irritabilidad, temperamento cáustico. Pero quien ama demasiado el verde da muestras de un carácter individualista, que debiera tener más consideración hacia los demás, ya que se propone llevar su vida a su manera, a despecho de todos.

Castaño: Es el color de la madre tierra o de la madera. Es un color confortable, representa la maduración del verde, sus múltiples tonos leonados lo hacen el color de otoño. Actúa siempre como un soporte estabilizador, despierta la consciencia de las raíces del ser y de las fuerzas vivas que hay que volver a encontrar. Es la base de la alquimia sutil que obra en la creación. Acaso – según el Génesis -el hombre no fue formado de un simple puñado de arcilla? Color receptivo y sensorial, sus diversos matices corresponden al cuerpo, al hogar, a la intimidad, a la seguridad ideal de la célula familiar.