Nuestro satélite es otro gran centro de suministro de Prana recibido del Sol sobre la Tierra. Los planetas y estrellas, próximos o lejanos, son todos ellos reservas inagotables de Prana, vitalizando la Tierra con corrientes de energía transmitidas por su luz. Estas emanaciones pránicas de los distintos cuerpos celestes no son idénticas, cada cual tiene su característica propia. Esto se puede comprobar con el análisis que se ha hecho de su espectro luminoso, el que muestra variaciones peculiares de cada uno de ellos. Resulta imposible para la mente humana imaginar siquiera en forma vaga las interacciones de innumerables corrientes de luz emitidas por billones y billones de estrellas, influencias que se cruzan y vuelven a cruzarse en incontables puntos, llenando la enormidad del espacio en toda su extensión. De la misma manera, es totalmente imposible describir o imaginar el mundo inmenso de Prana o energía vital tal como lo han descrito los videntes extendiéndose por todo ese espacio cósmico hasta su último límite si es que lo hay dando origen a toda calidad de vida, tal como surge la espuma sobre las olas de las corrientes oceánicas en perenne movimiento.

Para explicar la manifestación de la vida en la Tierra, la única alternativa es aceptar la existencia de un medio vital inteligente que utilizando los elementos del mundo material construye las estructuras orgánicas con tal increíble destreza, en tal profusión y con tantas formas diversas, que refutan cualquier idea de generación espontánea o azar, al mostrar una inteligencia y una seguridad de propósito extraordinaria. El ingenio y la destreza humanos buscan con empeño poder alcanzar logros parecidos, los que aún están muy distantes.

La estructura completa del Yoga se basa en la validez de Prana como materia suprafísica cognoscible, lo que es el campo actual de investigación de la física cuántica. Durante miles de años, generaciones completas de yoguis han ido verificando las afirmaciones de sus antecesores. La realidad de Prana como el agente principal que conduce al estado supraconciente denominado Samadhi nunca ha sido puesto en duda por ninguna escuela de Yoga. Quienes creen en el Yoga, deben primero creer en la existencia de Prana. Considerando que para llegar a ser un Rishi sabio a través del Yoga, no sólo se deben tener dotes mentales y físicas por sobre el promedio, sino además atributos como la honradez y la rectitud, mostraría una mente obstinada quien pusiera en duda los testimonios de numerosos videntes célebres que han atestiguado, por su propia experiencia, los estados supraconscientes conseguidos a través de Prana, tal como ellos lo aprendieron de sus instructores.