Gregory Bateson
Amorrortu Editores.

Este libro es, sin duda, la obra cumbre del ecléctico pensador anglosajón y gran epistemólogo. Hijo de un precursor de la genética, Bateson recorrió en su heterodoxa aventura intelectual los campos de la biología, la antropología, la cibernética, la teoría de las comunicaciones, hasta desembocar en su “ecología del espíritu”. Tenía por meta superar en una síntesis grandiosa las falsas dicotomías que aún hoy empantanan el pensamiento occidental.

Inspirado en el concepto de “realimentación” de Wiener, trató de captar los estados oscilatorios (estabilidad y cambio) de los sistemas complejos, proponiendo deslumbrantes concepciones acerca del comportamiento lúcido de los animales y de los hombres. Sus estudios sobre el proceso de comunicación en los delfines le dieron vasto renombre, y su modelo del “doble vínculo” fue un aporte determinante en la teoría de la esquizofrenia y el hito fundador de la moderna terapia familiar. Desencantado de la investigación experimental, dedicó la última década de su vida a crear modelos teóricos del arte primitivo, el alcoholismo, el trance y la evolución de las especies.

Lo que Bateson nos ofrece con su fina ironía inglesa, con ese su estilo de cotidianidad abrumadora que de un plumazo lógico descalabra todas nuestras estanterías intelectuales y deja en nosotros la perplejidad previa al descubrimiento, no es ni más ni menos que una nueva manera de contemplar el mundo que nos rodea. Si queremos vivir en armonía con los demás seres vivos del planeta, nos dice, debemos aprender a pensar como piensa la naturaleza. El pensamiento cuantitativo occidental es en verdad contrario al orden natural. Y “en la medida en que somos un proceso espiritual, debemos suponer que el mundo natural ha de mostrar idénticas características de espiritualidad”.