Existen opiniones encontradas respecto del valor y significado de las consecuencias que acarrea afrontar situaciones de manera evitativa, es decir retirándose, no enfrentándola. Puede ser poco efectiva, por ejemplo, para afrontar una enfermedad, puesto que evitar el tratamiento o las instrucciones médicas aumenta el peligro o daño provocado por la misma enfermedad. Sin embargo las estrategias de evitación o negación pueden tener consecuencias positivas, como por ejemplo:

a) disminución del nivel de perturbación producido por una experiencia estresante, sin que esto produzca más daño, en circunstancias que no se puede hacer nada significativo para contrarrestar la amenaza;

b) negación positiva cuando sólo se niegan partes de la situación. Por ejemplo es mejor negar el que el diagnóstico de cáncer implica la muerte inminente, mientras que negar la enfermedad puede llevar a consecuencias negativas para la salud del sujeto.

c) si la situación estresante es incontrolable, una negación conducirá a reducir el nivel de activación del sujeto, y también el proceso de la información referida a la amenaza.

El momento en que se niega una situación, trae inmediatas consecuencias negativas ya que es cuando éste se hace menos manejable.

Se conceptualiza la estrategia señalando que este es un proceso y no un rasgo, diferente de la conducta adaptativa automatizada, del resultado obtenido y del dominio ejercido sobre el ambiente. De esta manera, y luego de muchos años de estudio e investigación, Lazarus y Folkman proponen la siguiente definición: Aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales cambiantes que se desarrollan para manejar las demandas específicas externas y/o internas que exceden o desbordan los recursos del individuo .

Al conceptualizar la estrategia como un proceso, se refiere a lo que el sujeto piensa o hace y no a lo que haría en determinadas ocasiones. Este proceso analizado en un contexto siempre irá dirigido a situaciones específicas, y visto como tal, dará la posibilidad de variar las estrategias en curso. Esto, debido a que la relación con el medio puede ir cambiando, así, en un determinado momento puede ser útil ocupar estrategias defensivas, pero en otro lo serán aquellas que apunten a la solución de la situación amenazante.