Este tipo de nivel de consciencia despierto es el ideal de un estado de consciencia alterado. La mayoría de los sistemas lo reconocen como la culminación de la meditación.

Ken Wilber asevera que todos los estados superiores de la existencia se encuentran condensados en el inconsciente del recién nacido. La evolución sólo es el despliegue de los distintos sistemas y es holística porque es el “recuerdo natural de Dios”. Al practicar esta técnica con asiduidad, conocemos la realidad, nos reconciliamos con nuestro origen y obtenemos el propósito y significado de la existencia .

Los seres vivos reciben energía de los alimentos, el aire y las impresiones, y, con sabiduría, cada organismo la transforma en su beneficio. El ser humano por el hecho de ser tal, está predispuesto a recibir la experiencia del Ser, lo que logra sólo si sutiliza en forma voluntaria esa energía..

El conocimiento de que la materia es energía es de todos conocido. El físico cuántico David Bohm, matemáticamente demostró que existen energías de tan alto poder vibratorio, tan infinitas, que parecen inmóviles. A partir de éstas resuenan otras. A las de menor poder, las más lentas, las catalogó como categoría expuesta de la energía y dando origen a todo lo material que existe en el universo. A la energía de poder infinito, Bohm la llamó Holomovimiento que al resonar en un movimiento global, acausal, intemporal y sin fricciones, da origen a otras que tambien están sustentadas por el Holomovimiento. Como éste no tiene peculiaridades identificables con todo lo conocido, se le considera como un vacío. Paradojalmente es la plenitud .

Este descubrimiento de Bohm, es coincidente con el conocimiento milenario de los místicos orientales, ellos saben que el todo está dentro de sí mismo. Eso significa que el movimiento entero está dentro de nosotros. Por eso los hindúes dicen “Tú eres eso”.

Cuando nos disponemos a meditar, con asombro descubrimos que nuestra mente “se manda sola” y ni tan siquiera es así, porque nuestros pensamientos y acciones evidenciados en decisiones, se fundamentan en principios aprendidos o copiados durante nuestra socialización: prejuicios, convencionalismos, intereses egoístas, etc. En consecuencia, nos equivocamos un sinnúmero de veces y no sólo sufrimos nosotros sino que, directa o indirectamente, hacemos sufrir a otros seres. Si realizamos una introspección sincera y honesta, no podemos dejar de reconocerlo. La génesis de esta situación se debe a que estamos “dormidos”. La meditación nos “despierta” y nos hace vivir gratamente la Verdad y la Libertad.