Vencido por tu presencia, el orgulloso ciprés se consumió de vergüenza. Envidiaba tu gracia y tu esbeltez.

Corazón Prisionero

Mi vida parece llegar a su fin, pero mi deseo no está aún cumplido. Mi fortuna está todavía en pleno sueño. En esos pensamientos pásanseme las horas sin que se curen las heridas que me has hecho.

Mi corazón ha debido quedarse prisionero de tus bucles negros. Sin duda se place en esas redes embalsamadas, pues nada más he sabido de él.

Mientras no te estreche en mis brazos, el rosal de mi alma no querrá florecer.

Quise contarle mi infortunio a la brisa de la mañana, pero el amanecer no aplicó a mi ventana sus mejillas en flor y su frente radiosa.

Ser fiel es entregar todo su corazón. Vete, ¡oh Hafiz!, si rehúsas desprenderte de ella.

Destierro del Amor

¡Oh, Señor! Evítales a otros el suplicio de la ausencia. Toda mi vida transcurrió en el dolor de la separación.

¿Adónde ir? ¿A quién contar la historia de mi corazón? ¿Quién me hará al fin justicia?

¿De dónde me viene tanta pena? ¿No he nacido acaso sino para ser un desterrado del reino del amor?

Es por todo ese infortunio, y porque en mí están grabados todos los signos de la pasión, que mis sollozos dialogan con las quejas del ruiseñor.

Ella se Fue

Ni un solo beso en sus labios pude robarle… Y se fue. Apenas si pude verle su rostro puro… Y se fue.

Nuestra unión, que no fue sino alegría, ya no es sino amargura. No pude retenerla… Y se fue.

¡Qué tiernas palabras murmuraba! “Nunca me iré –decía- del círculo bendito de tus brazos, fuente de mi deseo!” ¡Qué caricias!… Y se fue.

Decía: “Quien quiera la alegría de mi presencia deberá renunciar a sí mismo.” Todo lo abandoné… Y se fue.

¡Qué altivo era su andar! ¡Con qué paso de reina pisaba la hierba tierna y las flores! Mas no pude coger la rosa de su boca… Y se fue.

¡Oh, Hafiz! Cada noche te devuelve a tus lamentos y a tus lágrimas. ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! No pude ni siquiera decirle adiós… Y se fue.

La Rosa de tu Boca

¡Oh, tú, que por el esplendor de tu rostro sabes  dar a la vida los colores de la alegría, vuelve! Sin las rosas de tus mejillas la primavera no puede vivir.