Los chinos creen que todos los fenómenos proceden de la interacción de los dos polos. De su alternancia nace el conjunto de combinaciones posibles de la Naturaleza. Son el aspecto externo del Tao. Otra particularidad, corresponde a la naturaleza de su interacción, su dinamismo y su reversibilidad. Cada parte contiene el germen de la otra.
El I Ching es una imagen del universo y reposa completamente en el movimiento Yin y Yang.
El pensamiento chino busca una conciliación, afirmando que los elementos de la antítesis se encuentran en el tiempo y que los dos estados no conciliables, se concilian al sucederse alternativamente en el tiempo y transformarse uno en otro. La idea fundamental del Libro de las Mutaciones, es que antítesis y síntesis, son generados en y por el tiempo No hay experiencia sin antítesis. Sin antítesis entre sujeto y objeto, no hay consciencia, no hay conocimiento empírico. Siempre deberá haber contrastes que iluminen la consciencia. Para este libro, estas antítesis son fases de un proceso de transformación de ciclos alternantes, por lo tanto, no permanentes y como resultado de ello, la antítesis es un concepto relativo.
El secreto para tener un enfoque correcto con el fin de comprenderlas, es la adaptación interior a esas antítesis exteriores. Si se consigue mantener el mundo interior en perpetua armonía con el mundo exterior, éste no nos podrá sorprender ni confundir.
El libro se compone de una sucesión finita de “signos” no idiomáticos, con significados infinitos. Su lectura, aplicación e interpretación es igualmente ilimitada y universal. Gracias a su total abstracción, puede verse la síntesis enciclopédica de la realidad. Se puede interpretar como una cosmología, como un sistema de lógica y matemática y también como una representación de la trama “evidente” del mundo y también de su trama “secreta.”
El texto verbal es una amalgama de sabiduría taoísta, con los principios de la filosofía moral confuciana. Es condición el acatamiento de los principios éticos para que las predicciones puedan darse y los vaticinios cumplirse. El oráculo refleja la encrucijada y suele ofrecer una salida, pero ésta es condicional: es una condición fundamental, la plena receptividad interior. En chino: “veracidad”. Porque cada hombre tiene su Tao y lo mejor es seguirlo.