El que estudia el libro, descubre que “lo inmutable es la mutación”,

En su revelación verbal, el libro traduce lo intemporal, que es su esencia, a términos de tiempo. La proyección que se ha dado a sus sentencias se orienta hacia el futuro. Si el consultante decide servirse del texto solamente y no de la visión esencial, intemporal, su pregunta habrá de proyectarla al futuro. El texto se muestra condescendiente y adecua sus dictámenes a los requerimientos de la vida en el tiempo.

Es muy importante hacer una pregunta precisa y clara. Este sistema oracular es también un instrumento valioso para explorar el inconsciente, porque la respuesta está en uno mismo.

Las asociaciones de lo que en China se llama “voz interior”, con las imágenes y las sentencias, son de suma importancia, tanto en su función instrumental, como en su empleo como guía espiritual.

En épocas primitivas la decisión oracular se limitaba a un sí o un no. En el I Ching, el sí, se expresa por una línea entera: ___ Yang; el no, por una línea quebrada: _ _ Yin. De estos dos trazos combinados, duplicados y sumados a un tercer elemento, surgen los 8 signos llamados trigramas.

Los signos representan tendencias hacia la movilidad que representan ciertos procesos de la Naturaleza que corresponden a su esencia.

Estos signos se combinan entre sí y se obtienen 64 hexagramas, que son líneas quebradas y enteras, combinadas entre sí en grupos de seis, y que se describen en breves sentencias, como situaciones cósmicas o humanas, sumidas en un constante movimiento, porque en cada uno hay una o más prontas a cambiarse en sus contrarias, para componer cualquier otro hexagrama. La mutación o no, depende del carácter inherente del trazo.

Todas las formas de la realidad, fueron comprendidas de una vez, dentro del marco de su influencia recíproca témporo-espacial, como un entramado finamente construido, desde el punto de vista numerológico que contemplaba una elevada posibilidad de variación: 64 x 64 = 4.096 situaciones diferentes.

Las líneas que se transforman representan las situaciones propias de la Naturaleza. Son las tensiones inherentes a todos los procesos animados – porque son su esencia – contradictoriamente complementarios.