Como tercer componente, se deben tomar en cuenta los Dictámenes y las Sentencias. Mediante ellas, las imágenes adquieren palabras. Señala si una acción acarrea ventura o no, arrepentimiento o humillación. Así, se coloca al hombre en la posición de decidir con entera libertad.

El I Ching, realiza – en virtud de los Dictámenes y explicaciones que a partir de Confucio se les ha anexado – una abarcadora visión de conjunto sobre las configuraciones de la vida. Pone en condiciones de ordenar la vida propia, dentro de un orden orgánico y soberano, en concordancia con el sentido que sirve de fundamento a todo lo que es.

Al sostener las varas de aquilea, se comienza a aplicar el juicio de un hexagrama a una situación que se consulta, luego se deduce una línea de acción. El método consiste en relacionar dos acontecimientos que no tienen en apariencia ningún vínculo: un hecho exterior debido al azar, (el hexagrama), y un hecho psíquico fuertemente emocional, (la cuestión a resolver).

Para nuestra mentalidad analítica y racional, es difícil aceptar algún lazo causal o explicación, para que el estado psíquico del consultante “coincida” con la situación descrita por un hexagrama, sin embargo, la mentalidad china, es capaz de ver todos los detalles que pueblan su universo mental, sean éstos lógicos o fortuitos. El hecho es que en la respuesta “siempre” hay una coincidencia significativa o sincronicidad. Esto es así porque cada acontecimiento, (objetivo o subjetivo), tiene un sentido y permite la existencia de una relación invisible desconocida. La interpretación de los hexagramas se articula sobre la trama de esa relación invisible, (entre el hombre y el cosmos) de esa coincidencia en un instante. Ta Chuang expresa:

Toma de entrada las palabras,
Reflexiona sobre el sentido.
Luego las leyes fijas se revelan
Si no eres el hombre que hace falta
El sentido no se abre para ti.

El oráculo tiene sentido, sólo para quien está realmente implicado en el problema y comprende la naturaleza del simbolismo del Tao.