El nacimiento de las individualidades.

Las mentes individuales que surgen de una en una, han existido desde universos anteriores en la Mente Universal. Cuando surgen como manifestación cósmica, cada una tiene una distinta clase de consciencia.

La nueva criatura nace a la existencia universal, a través de una serie de
actualizaciones de sus impresiones kármicas antiguas. El individuo y el mundo
aparecen juntos al mismo tiempo. Se sincronizan para ponerse en actividad, porque
así lo dispone la Mente Universal.

La continuidad de la vida individual, produce un aparente quiebre durante el sueño profundo y muy principalmente entre las reencarnaciones, pero es un quiebre sólo aparente. Esto se debe a que la Mente Universal actúa como un receptáculo en el que están depositados todos los olvidados eslabones de la memoria y todas las energías mentales descartadas. Ninguna criatura desaparece por completo

El pensamiento, emoción y voluntad, se ligan en un hilo “personal” y luego caen en la Mente Universal como semillas. Ella hace posible la actividad individual, la mantiene y la sustenta. Si el período del mundo está maduro para la manifestación externa, las impresiones germinales de múltiples individuos, que han sido conservados en forma latente, son inducidos a buscar su nacimiento en un ambiente apropiado.

Todos los seres y el mundo mismo, no son sólo fuerzas de reencarnaciones anteriores, sino que siguen incluyéndose y evolucionando mutuamente. Este hecho se debe a que en las experiencias de vidas pasadas, hay impresiones que tienden a repetirse en forma tan fuerte, que llegan a asumir un carácter estructural, convirtiéndose en complejos energéticos. La repetición habitual, las asociaciones y afinidades las establecen. Es por esta causa que las impresiones se combinan de acuerdo a su natural proceso de evolución. Los órganos de los sentidos, son complejos de este tipo, que actúan de un modo funcional. La vista y el oído son primariamente actividades de la consciencia.

La Naturaleza es otra denominación del trabajo de la Mente Universal, trabajo al cual contribuimos voluntaria e involuntariamente, porque todo objeto de la Naturaleza, es conocido únicamente como un aspecto de nuestra propia consciencia. La instigación de las impresiones kármicas dentro de la Mente Universal se reflejan en la mente individual como un panorama general del mundo. El hombre tiene el panorama del mundo tan asimilado, que supone que lo ha creado él mismo por medio de la experiencia. Durante el estado de vigilia, la concentración alcanza su máxima potencia.