La ciencia se encuentra en un dilema respecto al instrumento conocedor. En última instancia, todos los procesos de la ciencia se basan en la fe en la validez del funcionamiento de la mente, pero el método científico no puede ser utilizado para establecer la validez de sus propias conclusiones. Charles S. Sherrington, psicólogo, constata el callejón sin salida con que se enfrenta la ciencia: “Pensamientos y sentimientos no son reductibles a conceptos. En consecuencia, en nuestro mundo espacial, la mente es algo más fantasmal que un fantasma, invisible, intangible, es una “cosa” que ni siquiera tiene contornos definidos. En realidad, no es una “cosa”, pues se mantiene al margen de toda confirmación sensorial”.

Así la revelación asociada a la respuesta meditativa tiene una validez por sí misma que no puede ser cuestionada, aunque se puedan hacer razonables esfuerzos para conformarla con otros aspectos de lo que llamamos “realidad”.

La ciencia puede plantear las cuestiones de forma tal que afine el proceso por el que el pensador utiliza su instrumento pensante, pero esto no constituye una valoración definitiva del proceso aludido. Aquí la cualidad de ser alcanza un significado superior a la suma de sus partes. Así como el acercamiento científico al cuerpo humano revela un principio o resonancia activa entre el cuerpo y la naturaleza espiritual que en él habita, así también, el estudio de las relaciones cerebro-mente revela la validez de la creencia en una sensibilidad creativa entre la Inteligencia interna del individuo y una Inteligencia más allá de lo individual que no puede ser verificada o denegada por métodos o instrumentos científicos.

Sin embargo, la verdadera vida de la ciencia, lo mismo que las realizaciones del ser espiritual, están estrechamente vinculadas a una fe que confía en, y utiliza, los procesos por los que conocimiento, sabiduría y revelación están amalgamados en una forma superior de la experiencia humana: la fe creativa. La ciencia mantiene la tesis concerniente al factor plus en la naturaleza de la vida humana. Algo que está más allá de los métodos científicos debe ser utilizado para hacer de este factor plus una realidad operativa en la experiencia humana.