Amigo del Alma
A fines de Octubre de 1896, en Munich, Alemania, nacía el descendiente de un antiguo y noble linaje Bávaro, en el seno de una familia cristiana, llamado Karl Friedrich Alfred Heinrich Ferdinand Maria Graf Eckbrecht von Dürckheim-Montmartin, filósofo, psicólogo, buscador, terapeuta, educador y guía. A la muerte de su padre heredaría su título de Conde de Graf.
Primeros Años
La infancia, plena en sus recuerdos de estímulos sensoriales, y sin mayores contratiempos, se desarrolla en Steingarden, terminando luego en Weimar donde realiza su bachillerato de Humanidades. La tranquilidad de este período se ve abruptamente interrumpida en 1914 por el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Con apenas 18 años para entonces, se alista de inmediato en el Ejército y es trasladado al frente, donde permanece en campaña por diversos lugares de combate durante casi cuatro años. Las numerosas experiencias extremas que le toca vivir y presenciar durante ese período le marcan profundamente, obligándole tomar contacto precoz con sus propias percepciones y emociones frente al espectáculo de la muerte, de su tragedia y fascinación, y la fragilidad de la vida. Conoció así tempranamente sus abismos, como también el verdadero valor del tiempo, de la libertad interior, del espacio, de la vida.
Concluida la guerra y en medio de la confusión política, es acusado de traición y puesto en prisión por los nuevos dirigentes políticos. Estando privado de libertad física, tiene una primera experiencia de lo que luego denominara como consciencia absoluta, un estado de total claridad y certeza internas que llevan a decisiones y actos prístinos que difícilmente se podrían concebir o realizar bajo la influencia de la consciencia normal. Lo explica como la respuesta a un llamado muy profundo, supra-personal e imperioso, que debe ser obedecido aún a costas de la incomprensión o rechazo familiar o social. Al menos en dos oportunidades se le presentó esta certeza de lo que debía hacer, lo que no estuvo exento de consecuencias para su vida personal. Ya comenzaba a tomar forma en él la idea de trabajar con el ser interior del hombre ayudándolo a ponerse en contacto con esta consciencia absoluta o verdadero Ser. Para Dürckheim, esta era, lejos, una necesidad más prioritaria que tratar con patología psicológica mediante terapias convencionales. Iba vislumbrando la forma en la que podría ayudar a sus semejantes a alcanzar su propia eternidad y trascendencia como seres.
gracias