Una de las cosas que más me gusta de Mahavira es su silencio. Sólo cuando se realizó completamente, habló. Las pocas cosas que dijo aún tienen efecto en estos días debido a que este mensaje vino directamente del plano interno. Por eso ha durado por dos mil quinientos años. La vida del maestro se convierte en experiencia directa. Está más allá de las palabras. Ustedes ven la luz, y siguen el mensaje.

El segundo paso en la meditación es que la enseñanza se incorpora al interior e impregna sus consciencias. Aquella consciencia que fue cubierta, oprimida y llenada con preocupación, ansiedad, represiones, problemas del pasado, ahora es liberada. Cuando logren la calma, la enseñanza penetrará más y más profundamente, y eso es introspección.

En la introspección ustedes observan todo acerca de ustedes mismos. Dejen que todo su pasado pase por delante, y vayan descartándolo. Ustedes permanecen en el presente, no se vayan al pasado. Si el pasado quiere venir, déjenlo que venga y pase frente a sus ojos. Se está borrando la grabación. Cuando todo está borrado, la grabadora queda limpia. Tienen que borrar de sus consciencias y de su pasado todo lo que está allí atrapado molestándolos, todo lo que aparece en sus sueños y pensamientos, provocando su ansiedad.

Ustedes están sentados aquí, no yendo al pasado. Vivan en el ahora, aquí. Permitan que el pasado desfile frente a sus ojos. Esto es meditación mental. Llega el momento en que están limpios. Llega el período en el que sienten la llama interna y la coraza exterior ha desaparecido. Esto depende de su intensidad, de su persistencia, de su calma, de su introspección.

En cualquier vida hay involucrada alguna austeridad, penitencia, o algún pequeño sacrificio. No hay crecimiento sin algún tipo de sacrificio. Esto es llamado tapas, fuego. En él ustedes se purifican a sí mismos, igual que el oro se purifica en el fuego. De la misma manera, nuestra alma es purificada por el sacrificio. Cuando esta limpieza se alcanza, el alma se vuelve pura.