En la musicoterapia se hace un uso dosificado de la música en tratamientos rehabilitadores de niños y adultos que padezcan de trastornos físicos, emocionales o mentales. Su efecto sanador obedece en primer lugar a la influencia que tienen los sonidos sobre el hombre, lo que origina diversas formas de relación con el ambiente o entre las personas.
Un poco de historia:
Para el hombre moderno, la música es un producto complejo, construído de muchos elementos combinados en un estado de relación siempre cambiante. Cada uno de estos elementos musicales es un atributo de la substancia del sonido, la que siempre ha sido parte del mundo consciente del hombre y que éste ha interpretado y empleado según su estilo de vida y etapa de civilización.
Desde antiguas épocas, el hombre ha creído que el sonido era una fuerza elemental cósmica que existía desde los inicios del mundo; más aún, que había sido el origen de la creación del universo. Existen muchas leyendas que así lo narran. Los egipcios creían que el dios Thot había creado el mundo emitiendo un sonido vocal. De allí nacieron otros cuatro dioses dotados de igual poder, quienes poblaron y organizaron el mundo.
En las concepciones filosóficas que se derivan de as cosmogonías persa e hindú, el universo había sido creado de una substancia acústica. Se produjo un sonido inicial que, al emerger del abismo, primero se hizo luz y luego, poco a poco, parte de esa luz se volvió materia. Esta materialización nunca fue total, pues cada cosa material continuaba conservando algo de esa substancia sonora de la que fue creada.
Los primeros babilonios y los griegos antiguos relacionaron el sonido con el cosmos, a través de una concepción matemática de las vibraciones acústicas vinculadas con los números y la astrología. Los filósofos pitagóricos concebían las escalas musicales como un elemento estructural del cosmos. También creían que aunque el sonido existía como un elemento natural en el universo, podía no ser perceptible a los oídos del hombre. Llamaban armonía de las esferas a los sonidos inaudibles producidos por los movimientos de los cuerpos celestes. Estos sonidos expresaban la armonía matemática del cosmos.