No obstante la monotonía de la música empleada, la ejecución recorría diferentes modalidades emocionales, pues procuraba persuadir, lisonjear, adular o amenazar al espíritu maligno. Algunos cantos eran usados para enfermedades específicas. Diversos antropólogos en distintas épocas han recogido cantos primitivos en América, Africa y Europa. Muchos de ellos son música medicinal. Hay unos pocos de carácter lento con largas notas sostenidas. La mayoría son rápidos, rítmicos y reiterativos, en general, con acompañamiento de tambor.

Religión.- En las curas religiosas, la música era utilizada como un medio de comunicación con el mundo sobrenatural; pero estaba basada sobre una concepción completamente diferente de la causa de la enfermedad. Se suponía que ella había sido enviada por un dios colérico, en castigo por alguna falta o trasgresión a ciertas leyes, ya fuera esto hecho en forma consciente o inconsciente. Era imperativo descubrir la naturaleza de la falta de la cual el paciente era culpable. Había que expiarla para aplacar a los dioses. Los ritos incluían la purificación del cuerpo y del alma.

Los dioses antiguos no eran espíritus elementales manejables por ritos mágicos. Eran deidades creadas a semejanza del hombre y se comportaban como legisladores o reyes sobrenaturales que esperaban ofrendas y retribuciones. Tomaban parte activa en los asuntos públicos y privados de los humanos, presidían sus necesidades específicas y sus actividades tales como la guerra y la paz, la medicina o la música. Isis y Serapis en el Egipto antiguo eran los grandes curadores. Apolo era tanto el dios de la música como el dios de la medicina. Los hombres sobresalientes en estas actividades eran deificados después de su muerte, como el médico Esculapio y el músico Orfeo.

La música llegó a ser un medio de comunicación personal con la deidad. Ya no era un medio para amenazar, obligar y dominar a las fuerzas sobrenaturales. El hombre la usaba como un instrumento de persuasión que debía ser grato a la deidad, la que -como el hombre- era sensible a la armonía y la belleza. La música que acompañaba a los ritos curativos antiguos y que se dirigía al dios, involucraba un efecto sobre el paciente, haciéndole adoptar un estado relajado, receptivo y de esperanza. Las ceremonias las conducían los sacerdotes, auxiliados por quienes dirigían a los músicos y los coros.