El llamado de la vocación

Cómo se explica entonces que ciertas personas pongan en juego su tranquilidad o armonía alcanzada, para abrirse al otro, y juntos transitar el camino del proceso de transformación psicológica?

Desde mi punto de vista, aquí radica la importancia del auto conocimiento y madurez del terapeuta. Es aquí donde nos enfrentamos con el tema del servicio, es decir, el buscar ejercer de catalizador de otro en su proceso de desarrollo e individuación.

Curiosamente cuando estas preguntas se hacen conscientes, se producen eventos de sincronía como el abrir hace pocos días un libro de la antropóloga chilena Patricia May y leer: El árbol se da por el simple impulso interior de expresar su tesoro, aquel que lleva grabado en su semilla y continúa el quienes somos detrás de todas las construcciones fundadas en el ego, es lo que nos lleva a vivir en un constante cálculo y nos impide expresar el centro de nuestro ser, nuestra alma (May, 2003).

Es decir, el tema de servir al otro en la búsqueda de su propia alma viene del propio proceso de individuación y es como un algo que te empuja, como dice Patricia May La tradición mesoamericana dice que todo niño nace con una piedra preciosa en el centro de su corazón, y esto me hace recordar el significado de vocación que viene de vocare y que quiere decir voz que habla (May, 2003).

Con relación a este tema Joseph B. Wheelwright, doctor en medicina y analista jungiano por más de 40 años, expresó: Nunca me he alejado de la idea de que ser analista jungiano es una vocación , no una elección profesional. Me asombra encontrar candidatos que apenas tienen un compromiso total en relación a su propio crecimiento psíquico y a la gente con quién trabajan (Spiegelman et al.,
1990) .

Como señalaba anteriormente, pareciera ser que aparte de tener una vocación para recibir al otro en el trabajo de psicoterapia, se irían desplegando o desarrollando en él algunas actitudes que en cierta
forma son características de la Psicología Analítica.