Los métodos tibetanos para realizar tal experiencia son multiformes, porque está reconocido que los obstáculos varían según la aptitud natural, la inteligencia y el entrenamiento de cada discípulo. No obstante, todos ellos son muy próximos en su esencia. Para preparar el espíritu al salto hacia adelante, en todos ellos se exige una muy frecuente meditación de un manta que se puede traducir así: “La vacuidad es la esencia de todos los dharmas (objetos, conceptos, etc.) y yo mismo soy también de la esencia de la vacuidad”. El poder de sugestión de la repetición frecuente es muy fuerte, tan fuerte como para ayudar a la destrucción de los obstáculos levantados en el curso de una vida por gente que juzga el mundo fenomenal según la apariencia. La mayor parte de los métodos comprenden también un entrenamiento basado en la representación visual. Una serie de símbolos bien escogidos es visualizada tan a menudo y tan nítidamente como sea posible. Progresivamente estos símbolos se funden el uno en el otro y, luego, en el meditante que se confunde también con el símbolo. El proceso de fusión y de reducción se prosigue hasta que no subsiste sino un punto minúsculo y éste desaparece a su turno en la vacuidad. Naturalmente el proceso rara vez tiene éxito antes de que se haya alcanzado una maestría considerable del espíritu. Sin embargo, pequeños éxitos al comienzo permiten captar lo que resta todavía por realizar.

El valor de una cierta percepción directa o indirecta de la vacuidad es evidente. Si el discípulo está, por experiencia, perfectamente convencido de la relatividad y de la impermanencia de toda cosa – comprendido, naturalmente, su propio yo – él será liberado de su aferramiento a formas e ideas vacías, condición elemental y previa a todo real progreso espiritual. Será libre en el sentido en que nada podrá dominarlo o retenerlo. Su punto de vista sobre todas las cosas de la vida será radicalmente modificado. No será más presa de la codicia, del deseo, del egoísmo, del pesar, del miedo; desprendido de todas las trabas, podrá avanzar libremente por el sendero que conduce a la plena Iluminación.