Observación pura, lucidez alerta, escucha vigilante, llamada de atención, son términos usados por Krishnamurti para designar este instrumento por excelencia del despertar. La atención se despliega como un estar-en-el-mundo-en-el-instante, la presencia a lo que es, sin pantallas y sin máscaras. Lugar de un escuchar infinito donde el mundo no se repite jamás, donde “el pensamiento más profundo ama la vida más viviente”.
Acogida plenamente sensible de lo que nos rodea, contemplación y compasión, la atención es al mismo tiempo – en el mismo flujo – investigación apasionada de sí mismo. Y por esto, el espacio de una libertad posible. En efecto, es por el contraste con la atención que se descubre nuestro apego a las interferencias del ego. Ver, en el mejor sentido de la palabra, es liberarse de ello. Este ver pone en juego una acción que ya no se fundamenta en la sola punzante repetición del pensamiento. Esta manera soberana de ir en cada instante a lo más verdadero, no exige – paradójicamente – ni esfuerzo ni voluntad. Ello se cumple de hecho en el olvido del yo, “en el olvido de las palabras”. Es a la concentración – percibida aquí como el estrechamiento del campo de la consciencia con fines egocéntricos – lo que el diseño libre es al diseño impuesto:
“Cuando pones realmente atención, no hay una acción fundamentada en la memoria. En cambio, si te concentras, tú haces un esfuerzo, actuando siempre a partir de la memoria, como un tocadiscos repetitivo”
Donde la concentración cierra, la atención abre. La una empobrece, la otra acrecienta. La una quiere circunscribir, la otra busca comprender. La una filtra el mundo a imagen de la persona, la otra no tiene más objeto que su despliegue impersonal. Para Krishnamurti, ver es percibir en el espacio de un instante la verdad de un evento:
“El acto de ver es instantáneo, no es “yo aprenderé a ver”. Si tú dices “yo aprenderé”, tú ya has introducido el tiempo”.
Para que esto pueda surgir, uno no se ejercita. La lucidez no podría ser el fruto de un procedimiento habitual:
El que entendio a krishnamurti entiende su partida, porque el nunca se fue… de lo que el hablaba es y sera igual de importante que krisnamurti, era la esencia… krisnamurti era el cuerpo pero tambien la esencia. El murio o se transformo pero insito la esencia no muere eres tu. Si el que esta lleyendo estas letras… en la medida que eres la esencia entiendes a krisnamurti y no ocupas hablar de el, eres el o lo otro… insisto que no van a pasar 200 o 300 años para que exista otro como krishnamurti solo se ocupa un instante un suspiro, un abrir y cerrar de ojos para que la esencia de krisnamurti por decirlo asi fluya por tus venas…
Si aunque no lo creas solo se ocupa leer un poco, trabajar un poco, investigar un poco y un poco de conocimiento propio entonces podras hacer milagros. Si no sientes la urgencia de un nuevo ver, si no existe descontento entonces solo eres parcialmente creativo, pero si quieres probar las mieles del conocimiento propio puede que con un poco obtengas mucho y entonces habras empezado algo que nunca podra parar, ni morir porque lo haras a cada instante y eso es vida eterna…