Influyen nuestro Comportamiento?

Son las tres de la tarde. Invitado en ese castillo de la Beauce, me instalo en un escritorio y comienzo a escribir una carta. Pero pronto el sueño me invade, lucho, varias veces casi he caído de bruces sobre la página. No, no es posible, es una coincidencia. Me sacudo. Lo siento por mi carta, voy a desentumecerme al parque.

En el jardín hay un asombroso frescor, un perfume de musgo y hierbas silvestres cerca del riachuelo que lo bordea; me siento, me recuesto. Y me duermo.

– Y bien, yo no le había mentido !

Abro los ojos. Mi anfitrión me mira divertido, riéndose de mi incredulidad. El me había prevenido. Incluso me había invitado para eso. Venga al castillo – me había dicho – y constatará un fenómeno extraño. Nadie puede realmente trabajar. Todo el mundo experimenta un aletargamiento permanente, todo el mundo se duerme ahí abajo.

No le había creído, y había aceptado su invitación como un desafío. Ahora estoy convencido por la demostración, y soy yo quien pide explicaciones. Es muy simple – me respondió – el castillo está construido en una zona de excepcional actividad magnética terrestre. Y la opinión general es que esta actividad magnética de la Tierra influye sobre el comportamiento de todos los que viven ahí. No me pregunte por qué. Todo lo que sé es que el efecto es inevitable e inmediato. La pregunta se hace desde la antigüedad griega: el magnetismo de la Tierra, influye el comportamiento de los hombres? Es por casualidad qué las antiguas civilizaciones se establecieron sobre zonas de quebradas?

Poco tiempo atrás, tuve la ocasión de interesarme en la cuestión del magnetismo terrestre. Había encontrado varios eminentes geólogos, dos ingenieros del Instituto Geográfico Nacional, un profesor de física de la Facultad de Ciencias, un investigador de la Oficina de Investigación Geológica y Minera y un célebre vulcanólogo, todos especialistas en radiactividad natural.

Todos habían estado más o menos de acuerdo: uno no puede casi imaginar que las fuerzas que recorren la corteza de nuestro planeta tengan un efecto lo suficientemente poderoso como para modificar la vida del hombre que las experimenta. En todo caso, este efecto no es verificable a lo largo de una vida.